Dice el adagio popular que después de la tormenta llega la calma, y las señales que han dado los países desarrollados en los últimos meses muestran que los nubarrones que han azotado a la economía global desde el 2008 ya se están disipando.
O al menos así lo percibe Martin Wolf, principal comentarista económico del diario británico Financial Times, y uno de los columnistas más influyentes en estos asuntos.
Sin embargo, para el analista, aún no se puede hablar de una completa recuperación, hasta que las principales economías no crezcan de manera sostenida.
Pese a esto, Wolf destaca que la recuperación de la confianza de los consumidores y el anuncio del retiro de la política de estímulos monetarios de la Reserva Federal en Estados Unidos, son algunas de las señales que muestran que ya lo peor de la crisis pasó.
No obstante, al hablar de Latinoamérica, el economista inglés advierte que algunos países de la región necesitan unas reformas estructurales para frenar la desindustrialización y evitar que la próxima década sea “miserable” en materia económica.
Las economías desarrolladas se están recuperando, las economías emergentes están creciendo al 5 % y se tiene la impresión de que nada interesante está pasando allí, ¿es justa esta afirmación?, ¿cómo le está yendo al mundo?
Es una gran pregunta y, como en todas las preguntas sobre el futuro, no tenemos respuesta. Pero supongo que en lo que concierne al mundo desarrollado la crisis parece haber terminado.
Estamos como en un periodo normal después de una gran crisis, y el estado de pánico parece haber terminado, incluso en Europa.
La recuperación está relacionada con el hecho de que la gente está más confiada, además las políticas monetarias han sido de un increíble apoyo durante todo este tiempo.
No obstante, ninguna de las economías está cumpliendo con lo que yo llamo una ‘verdadera recuperación’, es decir un mayor crecimiento y un crecimiento constante.
Pero, ¿qué tan homogénea es esta recuperación?
En el caso de las economías de Estados Unidos y Alemania, están produciendo más de lo que producían antes de la crisis.
Pero, así como en algunos lugares la economía ha mejorado, en otros ha empeorado y hay una brecha muy profunda que separa a unos de otros.
Es difícil separar y analizar qué tanto de las pérdidas que hemos visto se dieron antes de la crisis, y qué parte de esos daños se dieron durante la crisis.
Un ejemplo de esto es el daño en las compañías financieras, la debilidad de este sector se empeoró tras acumular años y años de bajo crecimiento, aunque luego registraron unos comportamientos que lo llevó de vuelta a los niveles preexistentes.
¿Cómo ve la situación en Europa?
En Europa están superando esta crisis. Estamos viendo una recuperación y hay muchas preguntas acerca de qué es lo que se intenta hacer.
Es posible que en esa región haya decrecimientos, quizás en el Reino Unido, pero más probablemente en la zona euro, por los problemas en los países del sur y por el riesgo de que la situación política empeore. En todo caso, creo que esta situación terminará mucho mejor de lo que pensamos hoy.
¿Cuáles son sus perspectivas frente China, que es un gran jugador en la recuperación económica?
El boom de China tuvo gran cantidad de efectos en muchos países: en Latinoamérica, África y Medio Oriente.
Después del boom, China fue un país más grande, creció rápidamente en unos cuantos años, aunque se espera que disminuya su velocidad de crecimiento. Pero yo no estoy muy seguro de eso, pues el futuro de China es impredecible.
Lo que sí es cierto es que China no se va a quebrar, esa maquinaria va a recibir mucha inversión y seguirá ideando nuevos productos para el mercado, en especial en nuevas tecnologías.
¿Ve usted posible una reconfiguración de las economías, en la que las emergentes superen a los países en desarrollo?
Es muy difícil que los países que están al final de la lista en cuanto a desarrollo económico suban a las primeras posiciones, sería una gran sorpresa.
En los últimos sesenta años, después de la guerra, han sido pocos las naciones que han subido, pues para ello deben parecerse cada vez más a los países desarrollados, que igualmente estarán ocupando esas primeras posiciones.
Además, esto no solo implica una mejora de las políticas, sino también de las instituciones, de la aptitud e incluso cambios en la cultura. Casos como el de Japón son increíbles excepciones a una regla general, aunque también es porque ellos empezaron antes.
Pero, ¿puede China hacer eso con sus instituciones?
¿Está siendo sobredimensionado el final de los estímulos monetarios de la Reserva Federal de los Estados Unidos?
Mi instinto inicial es preguntarme por qué la discusión se está dando. No puedo creer que la discusión esté solo relacionada con el fin de los estímulos monetarios en sí mismos.
Tiendo a pensar que esta política tiene múltiples efectos positivos, pero para que tenga efecto debe ser un proceso muy largo. Veo que, como resultado de una discusión sobre las tasas adecuadas, la percepción de los inversionistas sobre la economía norteamericana es que los mayores riesgos relacionados con la política fiscal han disminuido.
Ahora tenemos, en realidad, oportunidades de acelerar el crédito y creo que es lo correcto.
A pesar de esto, aún hay pesimismo en los inversionistas...
No digo que la percepción de la gente sea correcta o no con respecto a la economía, pero tiendo a ver esto de una manera ligeramente diferente.
Si tú compras un bono de diez años, puede que vayas a 0 en los primeros tres o cuatro años, pero sabes que estás pensando en el año seis o siete, la tasa tiene que subir.
La visión optimista es que lo peor ya pasó. Entonces en unos bonos a diez años la situación normal es que muestren mejoras.
Mi pensamiento es que si los mercados tienen un gran shock y las percepciones de la gente son correctas, si no mejoran las cosas en el 2015, aún así hay más cosas que pueden pasar.
En realidad estoy más interesado en la carrera larga, en lo que pase después de la crisis.
Se espera que (Janet) Yellen y (Richard) Fisher sean razonables, y no hay razones para un shock por la normalización de la política monetaria. Creo que el recorte de los estímulos va a ser un gran mensaje.
Ahora, ¿sus mayores preocupaciones son por política o por economía?
Las crisis económicas están ligadas a lo político.
Hay políticas que irrumpen en lo económico, son parte de eso.
Por ejemplo mire España; desde un punto de vista político, el problema es algo realmente simple: de un lado tienes la determinación española de hacer parte de la Zona Euro, de hacer los ajustes necesarios para hacer esto posible, y ello incluye ajustes fiscales.
Ese es un plus político que te hace creer que hay esperanza.
De otro lado, de la política en España, está el desempleo muy alto, la gente está enojada, ha perdido mucho dinero y ¿qué va a pasar en las elecciones? Así que los ajustes económicos que se tienen que hacer van a ser muy dolorosos, pero si se mantienen ahí un par de años van a poder salir de la crisis.
En España saben cómo pueden hacer el proceso económico, pero no se sabe cómo puede ser la resistencia política.
Así que ese es un caso que muestra que la política está pegada a la economía.
Por último, ¿cuáles son sus impresiones sobre Latinoamérica?
Hay grandes problemas. Hay un montón de reformas genuinas de política pública que se hicieron desde los 90, pero en los últimos dos años ha sido bastante problemático para algunos países.
Algunos están cometiendo varios pecados que están llevando a desindustrializar economías, estoy preocupado por el continente como una totalidad.
Dejo por fuera a México, que es un asunto aparte, pero en algunos países como Argentina los problemas son obvios, otros afrontan grandes riesgos altos, como Brasil.
Estoy preocupado de que la otra década pueda ser una década miserable, no como los 80, que fue algo único, pero en definitiva será necesario que en varios países se hagan varias reformas estructurales, que sean a largo plazo.
¿Quién es Martin Wolf?
Es considerado uno de los columnistas más influyentes del mundo en materia económica.
Es el principal comentarista de asuntos económicos del diario británico ‘Financial Times’.
Ha sido uno de los invitados a la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), desde 1999, y miembro de su Consejo Internacional de Medios desde el 2006.
Fue nombrado doctor en Letras ‘honoris causa’ por la Universidad de Nottingham, y es doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de Londres.
En el año 2000 fue premiado con la Orden del Imperio Británico por sus servicios al periodismo financiero.
Ricardo Ávila
Director de Portafolio