Ese cálculo se complica porque las entradas básicas -información sobre producción, precios, exportaciones, importaciones y consumo- igualmente son estimativos, a menudo basados en datos poco fiables.
Naciones Unidas ha logrado, pese a esto, algunas estimaciones que pueden dar una dimensión del mercado de la droga y de sus repercusiones en las economías mundiales.
La incertidumbre acerca de la producción que involucra aspectos de cultivos, procesamiento y pureza; del tráfico y, sobre todo, de las cifras del consumo reunidas rutinariamente alrededor del mundo, requiere que se hagan ciertas suposiciones dentro del modelo de valoración.
El supuesto más importante es que las drogas producidas, menos las incautaciones y las pérdidas, equivalen a la droga disponible para el consumo. Esto se puede estimar a partir de cifras que calculan la producción mundial y otras que calculan las necesidades de los consumidores finales en las calles.
El valor global de los mercados ilícitos de drogas para el 2003 -cubriendo el cannabis, la cocaína, los opiatos y el comercio de estimulantes tipo anfetamínico- se calcula en 322.000 millones de dólares (vendido al por menor) y 94.000 millones (vendido al por mayor), con unos costos de producción de 13.000 millones de dólares.
El mercado al por menor más grande es el de cannabis (140.000 millones ), seguido por la cocaína (71.000 millones), opiáceos (65.000 millones) y estimulantes tipo anfetamínico (44.000 millones).
Este monto no representa más que el 0,9 por ciento del PIB global (nivel al por menor), pero sí es una cifra preocupante cuando se mide contra el PIB de los países: 322 miles de millones es más que el PIB del 88 por ciento de los países del mundo.
En términos de distribución regional, el mercado de drogas más grande es Norteamérica, con el 44 por ciento o 142 miles de millones de dólares del total de las ventas mundiales (nivel al por menor), seguido por Europa con 33 por ciento (106 miles de millones), Asia con 11 por ciento (35 miles de millones), Oceanía con 5 por ciento (16 miles de millones), África con 4 por ciento (12 miles de millones) y América Latina con 3 por ciento (9 miles de millones).
A pesar de las incautaciones y pérdidas, el valor de las drogas aumenta sustancialmente del productor hasta el consumidor, con los beneficios más grandes entre los niveles al por mayor y al por menor.
Dado que los mercados al por menor están concentrados en los países industrializados (cerca de tres cuartos -en términos económicos- se encuentran en el mundo industrializado, i.e. 245 miles de millones de dólares), la mayoría del valor agregado de la industria ilícita de la droga tiene que ocurrir necesariamente allí. De los beneficios brutos totales, el 76 por ciento es generado en países industrializados, el 19 por ciento en países en vía de desarrollo y el porcentaje restante en países de transición.
Otros mecanismos y fuentes del lavado de activos
El comercio de la droga no es la única fuente del lavado de activos, aunque si es la más importante. Se reconocen en el país todas aquellas actividades que constituyen delito y que generan rendimientos económicos como el secuestro extorsivo, contrabando, venta ilegal de armas, tráfico de personas, piratería de software y otros delitos que buscan mecanismos legales para insertar los dineros en el circuito económico.
El ciudadano común y corriente puede estar alimentando la comisión de estos delitos al comprar contrabando o bienes producto de la piratería, pero también puede contribuir al blanqueo de los dineros al realizar transacciones con fondos de dudosa procedencia. Algunas de las principales modalidades de lavado son el uso de las casas de cambio, el testaferrato y la creación de empresas fachadas.
*Asesor Regional Legal. Programa de Asistencia Legal para América Latina y el Caribe (Laplac) y Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).