Colombia ha logrado sortear positivamente el embate económico producto de la caída internacional de los precios del petróleo, pero el objetivo de un desempeño económico óptimo y competitivo es incierto.
Así lo señalaron funcionarios del gobierno, analistas y académicos durante el Foro Colombia - Estados Unidos: perspectivas económicas y políticas, organizado por la Cámara de Comercio Colombo Americana y el Centro de Política Hemisférica de la Universidad de Miami.
El Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo que “para nadie fue una sorpresa que cayera el precio del petróleo, lo que nadie sabía era cuándo iba a ocurrir y en qué magnitud. A juzgar por el estado actual de la economía, la transición que se está dando en Colombia no ha sido traumática gracias a que tenemos un marco sólido de política económica”.
Para el ministro, uno de los mayores factores de dinamismo de la economía ha sido el programa de las 4G, que constituye una fuente de estímulo para la economía, en donde el grueso de la inversión proviene del sector privado. Cárdenas defendió la venta de Isagén en pro de lograr recursos para las 4G, al señalar que el raciocinio detrás de la operación es “cambiar un activo poco productivo por uno que, además de ser productivo, nos permitirá crear los empleos que el país necesita y mejorar la productividad y competitividad a largo plazo”.
Por su parte, Camilo Reyes Rodríguez, director Ejecutivo de la Cámara de Comercio Colombo Americana, indicó que “el éxito de los negocios en el país está innegablemente influenciado por el desempeño de la economía global y por el contexto político a nivel nacional. Por un lado, factores externos como el comportamiento del petróleo y los commodities seguirán impactando las actividades económicas en el país. Por el otro, los cambios políticos que estamos experimentando tienen el potencial de mejorar o afectar el desarrollo de esos negocios”.
Y es que los retos por superar de la economía colombiana son amplios. Para Rosario Córdoba, Presidenta del Consejo Privado de Competitividad, el crecimiento será imposible si no se logra cambiar sus niveles de productividad, que no mejoran a la par de indicadores como la tasa de inversión, que ha alcanzado el 29% del PIB.
Respecto a la financiación del postconflicto, el Gobierno y el sector privado esperan que los recursos provengan de fuentes internas, en donde el empresariado jugará un rol crucial. Para Bruce Bagley, Profesor del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad de Miami, Colombia tendrá que sortear cómo mantener la dinámica de la clase empresarial y de los negocios y lograr paralelamente la ejecución de la implementación del acuerdo de paz; un proceso que en definitiva no va a estar financiado con recursos extranjeros.
Sobre la evolución del TLC con EE. UU. el director de Amcham dijo que las oportunidades en los productos no tradicionales deben explotarse.
‘EL PAÍS GANA CON LA VENTA DE ISAGÉN’
Colombia “no pierde nada y sí gana mucho” con la venta de la generadora y comercializadora de energía Isagén, dijo el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, sobre la operación por la que el Gobierno espera obtener 3.000 millones de dólares y que fue suspendida temporalmente por el Consejo de Estado. “La venta de Isagén es una apuesta a futuro, porque el país no pierde nada pero sí gana mucho en la medida en la que tengamos la capacidad de financiar los proyectos de infraestructura que necesitamos porque vamos a avanzar en materia de crecimiento y de empleo”, declaró Cárdenas a periodistas.
El Estado colombiano tiene el 57,61 por ciento de las acciones de Isagén, participación que decidió vender para financiar la construcción de obras de infraestructura. Cárdenas consideró que la venta “es una visión de país para tener más oportunidades de crecer. Estamos convencidos de que para hacer la expansión de nuestra infraestructura necesitamos transformar un activo que ya existe y no se va a ir de Colombia por otro activo que todos necesitamos”.