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Finanzas

WWB, el banco de la mujer también será de las pymes

La entidad financiera, inició operaciones en 1980 como fundación sin ánimo de lucro, le apunta a nuevas líneas de negocio.

José Alejandro Guerrero / Presidente del Banco de la Mujer (WWB).

Archivo Portafolio.co

José Alejandro Guerrero / Presidente del Banco de la Mujer (WWB).

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julio 30 de 2012 - 11:42 p. m.
2012-07-30

José Alejandro Guerrero, un administrador de empresas especializado en finanzas, y de gran trayectoria en la banca nacional e internacional, acaba de tomar las riendas del Banco WWB, tradicionalmente conocido como el Banco Mundial de la Mujer.

El WWB inició operaciones en 1980 como fundación sin ánimo de lucro y, en sus comienzos, se sostuvo a punta de donaciones, créditos subsidiados y cooperación técnica.

Solo entre el 2008 y el 2011 realizó su proceso para convertirse en banco, lo que le ha permitido ampliar su panorama.

Dentro de los resultados logrados en el 2011 se destaca la entrega de 185.455 créditos, la colocación de una cartera de microcrédito por 508.000 millones de pesos y una cartera comercial de 17.900 millones, además de una captación en CDT de 11.500 millones de pesos.

Estos son sus nuevos retos. En la mente de los colombianos se quedó grabada la idea de que el WWB es el banco de las mujeres.

¿Cómo ha sido hasta ahora su corta experiencia (dos meses) dirigiendo esta entidad financiera que hoy tiene una participación mayoritaria de clientas?

Tradicionalmente, el Banco WWB ha sido conocido como el Banco de la Mujer, porque su reconocimiento se gestó, desde hace 32 años, gracias al impulso brindado a las empresas lideradas por mujeres cabeza de familia.

Sin embargo, nuestras líneas de crédito están disponibles tanto para hombres como para mujeres.

Actualmente, el 34,36 por ciento de nuestros clientes son hombres y el 65,6 por ciento son mujeres.

¿Propondrá algún cambio en el perfil de la entidad?

El microcrédito continuará siendo nuestro producto bandera.

Sin embargo, ahora que somos banco, estamos trabajando en ampliar nuestro portafolio de productos para microempresarios y pymes, segmento al que entramos, para acompañar de la mano a nuestros clientes.

De igual forma, productos como CDT y cuentas de ahorros ya pueden ser adquiridos en nuestras 117 agencias a nivel nacional, a tasas competitivas y cero costo.

Queremos incursionar en nuevos productos para otros segmentos de la población y diversificar nuestra fuente de ingresos para continuar otorgando microcréditos, brindando así la oportunidad de crecimiento a un mayor número de colombianos que quieran hacer realidad sus sueños de emprendimiento y, por ende, contribuir a mejorar su calidad de vida.

¿Cuál es el microcrédito (de los ocho que tiene su portafolio) que más demandan los usuarios?

Dentro de nuestras líneas de microcrédito, las que más demandan nuestros clientes son las que ofrecen capital de trabajo y compra de activos para el desarrollo de los negocios.

En nuestro banco, esas líneas se llaman Credimpulso y Crédito Microempresarial, y tienen una participación en el portafolio de productos del 95 por ciento.

Credimpulso, por ejemplo, es un crédito fácil y rápido para microempresarios que llevan más de seis meses con su negocio y necesitan un impulso para poder continuar con el crecimiento de su empresa.

Por su parte, Crédito Microempresarial se utiliza para la compra de activos o para obtener capital de trabajo, y se otorga a clientes nuevos, de renovación y preferenciales, que lleven más de un año en su actividad económica.

¿Cuál es la meta de colocación de microcréditos?

Nuestra cartera de microcrédito asciende a 612.400 millones de pesos. A mediano plazo, queremos llegar al billón de pesos, con el beneficio que esto trae para el desarrollo de la pequeña empresa en Colombia.

“En el sector financiero tenemos mucho por hacer”

¿Qué perspectivas tienen con respecto a la idea de la bancarización que está proponiendo el Gobierno?

La bancarización se puede lograr a través de procesos cuidadosos, que garanticen no solo el acceso temporal de las personas al sistema financiero formal, sino también su permanencia y crecimiento, evitando el endeudamiento excesivo y sus consecuencias a nivel social y económico.

En el sector financiero, tenemos mucho por hacer. Se imponen inmensos retos, como la utilización de la tecnología celular para el desarrollo de productos y servicios bancarios.

Es necesario pasar de canales presenciales y medios físicos a canales y medios virtuales para prestar mejores servicios y ampliar la cobertura, incluyendo el sector rural.

Martha Morales M.

Economía y Negocios

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