No deben crearse en- claves que operen indefinidamente como tales, sino consultar a término el entorno económico nacional, como objetivo mediato y criterio fundamental para definir las venta- jas asociadas con ZF.
Hay consenso entre los economistas colombianos en el sentido de que el cúmulo de beneficios de zonas francas, incentivos a la inversión en activos físicos y convenios de estabilidad jurídica, amén de causar inequidad 'interempresarial' y mermar la disponibilidad fiscal de vigencias futuras, inhibe la generación de empleo al disminuir el precio relativo del capital frente a la mano de obra.
Al tiempo, y como reza la tautología del recordado Cantinflas, "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa". El que algunos instrumentos resulten inconvenientes cuando se emplean conjuntamente no permite descartar que sean deseables en forma individual o marcos de referencia distintos.
Este es el caso de las zonas francas (ZF), dependiendo tanto de su diseño como del respectivo horizonte de tiempo. Una de las defensas más interesantes de dicho 'mecanismo aduanero especial' es precisamente ésa: aprovecharlo como proyecto piloto para poner a prueba medidas y políticas que, de resultar exitosas, podrán hacerse extensivas al conjunto del territorio nacional.
No sólo esta 'generalización a término' resuelve el problema de equidad sino que el resto de la economía puede entrar a beneficiarse de la mayor eficiencia presunta observada en las ZF, tomadas como microcosmo económico 'controlado'.
A manera de ejemplo, un gobierno tiene interés legítimo en identificar cuál pudiera ser la tasa 'óptima' del impuesto sobre la renta para el bienestar social. Esta no tiene porqué ser 33 por ciento. Pudiera ser 10, 15, 20 ó 25 por ciento. Es dable elegir una tasa 'ideal' putativa y aplicarla en las ZF.
Sin desestimar la dificultad de descontar las distorsiones al entorno económico nacional para el respectivo análisis de beneficio-costo, éste se impone.
De la estimación correspondiente pueden salir enseñanzas útiles para la política tributaria, sectorial y de comercio exterior. ¿Cabe replicar a nivel nacional la manifiesta facilitación del comercio desarrollada en las ZF?
La no recaudación de gravámenes sobre insumos externos usados para fabricar productos finales destinados al resto del mundo puede ser controlada de manera más eficiente y sencilla (sin papelería ni trámites innecesarios) en una ZF que en el territorio nacional.
Sin embargo, con base en el examen de la 'microeconomía' zonal pueden identificarse autocontroles susceptibles de conjugar el interés individual del operador o usuario industrial y aquel, colectivo, de la ZF, pero también, potencialmente, de la economía como un todo. A su vez, el gobierno apuntará a implantar nacionalmente este Plan Vallejo tan 'funcional'.
Otro ejemplo es la conformación de clusters. La Ley de Zonas Francas de E.U. permite establecer, en el vecindario de una FZ de tipo general, Zonas Francas Especiales sectorialmente complementarias usage-drive zones que le presten servicio o se integren verticalmente con ella, río arriba o río abajo.
Sin perjuicio del 'derecho de establecimiento' del empresario, este diseño tributario 'espacial' bien puede ser emulado con carácter general por el país anfitrión.
La conveniencia de evitar distorsiones permanentes ha de presidir a la decisión y planeación gubernamentales. No deben crearse enclaves que operen indefinidamente como tales, sino consultar a término el entorno económico nacional, como objetivo mediato y criterio fundamental para definir las ventajas asociadas con ZF y otros 'mecanismos aduaneros especiales'.