Con la premisa de que las mujeres vienen teniendo y tendrán un papel fundamental en tiempos de posconflicto, Martha Ordóñez, consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer, asegura que este es el primer acuerdo de paz en el que el género femenino tuvo participación activa.
A esto, agrega que sin la integración de las mujeres a la mesa de La Habana, ni la instalación de la Subcomisión de Género, los acuerdos hubieran quedado ‘mochos’ por el lado de las víctimas y de los derechos de las mujeres.
¿Cómo fue la participación de las mujeres en los diálogos de paz?
Es importante señalar en primer lugar que el solo hecho de haber sido partícipes ya nos da ese estatus de representación que tanta falta nos hace en la sociedad, además de que se trata del primer proceso de paz en el mundo que tiene en cuenta la voz femenina en lo acordado.
Esto se ve reflejado en que la canciller María Ángela Holguín estuvo a la par de Humberto de la Calle, Sergio Jaramillo, Frank Pearl y los demás plenipotenciarios, y en la propia estructuración de la Subcomisión de Género, vital para los temas de víctimas y de la Comisión de la Verdad.
¿Cuál es, entonces, el reto para ellas durante el posconflicto?
Serán varios: primero, que de verdad se nos reconozca la importancia que merecemos, y que nunca se nos ha dado; segundo, deberemos cambiar el imaginario colectivo que se impone a lo que las mujeres queremos y necesitamos; y, tercero, debemos enfocarnos en la mujer rural.
¿En qué consiste el enfoque hacia la mujer rural?
Tiene que ver con que nos concentremos en apoyar y ayudar a esas miles de mujeres que viven en los campos, que no conocen sus derechos, que no saben cuándo algo es malo y cuándo no, y que su papel sea igual de determinante después de la firma del acuerdo final, puesto que se trata de aquellas que han vivido la guerra de la forma más cruda y directa.
Olvidar a la mujer rural significaría no materializar completamente la paz que tanto necesitamos.
¿De qué formas se las apoyaría?
Lo primero tiene que ver con darles continuidad a los programas con las secretarías municipales y departamentales de este tipo, con el fin de que integremos la política pública de equidad de género que rige desde la Consejería.
Con esto pretendemos que todas aquellas que residan en lugares alejados de los cascos urbanos conozcan sus derechos, sepan que no se encuentran solas y, además, aprendan todo sobre los programas que tenemos en el Gobierno, en pro de los derechos femeninos y del debido cumplimiento de los mismos.
¿Cuáles son esos derechos que hace falta difundir?
En principio –y aunque suene lógico– son los mismos derechos que tienen los hombres y todos los seres humanos.
Pero ya cuando se entra en detalle, es importante resaltar que esta ‘exclusividad’ tiene que ver solamente con los derechos a decidir libremente, a no ser reprimidas por temas de género y a ser tratadas de una forma correcta, como nosotras tratamos a los demás.
Como le dije, es lo mismo con lo que ya cuentan los hombres.
La difusión ya tiene que ver con tumbar esos mitos, que todavía sobreviven en Colombia, de que somos objetos y pueden tratarnos como quieran, o de que no podemos salir o hacer algo sin el permiso de nuestros maridos, situación que parece irreal, pero todavía se reportan decenas de estos casos.
Pero allí entraría en escena la línea 155...
Claro y nos satisface mencionar que, en conjunto con la Policía, hemos aumentado en los últimos tres años las denuncias por violencia de género, llegando a recibir cerca de mil llamadas diariamente. Nuestro reto ahora está en garantizar que estas violencias contra la mujer no se repitan, tal y como reza el acuerdo final de paz.
LÍNEA 155 CUMPLE TRES AÑOS Y REPORTA A DIARIO CERCA DE MIL DENUNCIAS
La línea 155, que cumple este mes tres años de funcionamiento, presenta un balance positivo, puesto que las denuncias por violencias de género pasaron de 627 a casi 1.000.
Esto, según Martha Ordóñez, muestra que las mujeres son cada vez más conscientes de que son víctimas de distintos maltratos y no les da miedo denunciar.
“Todas las personas debemos recordar que las violencias de género no solo son agresiones físicas, sino que las psicológicas también entran allí; el reto está en saberlas identificar, puesto que, como mujeres, no podemos seguir pensando que atentados contra nuestra integridad son justificables por cualquier motivo”, afirmó.
En este sentido, agregó que las mujeres que más llaman a la línea 155 están ubicadas en el departamento de Cundinamarca (incluido el Distrito), Valle del Cauca y Antioquia, las cuales normalmente están en el rango de 25 a 35 años. En lo que va corrido del año, la Consejería ha atendido más de 165 mil llamadas de mujeres, entre denuncias, asesorías y consejos.
Sebastián Londoño V.
Redacción Portafolio
Gobierno
07 sept 2016 - 8:56 p. m.
‘El papel de la mujer será clave en el posconflicto’
Para Martha Ordóñez, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, las brechas de derechos con respectos a los hombres deben reducirse.
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