Este año, los precios al consumidor han sentido fuertes altibajos, pero si se mira la película completa, hay una moderación importante frente a lo que pasaba en el 2016.
Como se recuerda, a mediados del año pasado la inflación alcanzó a bordear el 9 por ciento, más del doble del punto máximo del rango meta del Banco de la República (entre 2 y 4 por ciento).
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Sin embargo, una serie de elementos de los últimos meses han hecho que el IPC se modere y esté cada vez más cerca de ese objetivo. El efecto estadístico, un clima menos adverso, mayor estabilidad en el precio del dólar e incluso una menor demanda, fueron algunos factores por los cuales la inflación ha cedido.
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A noviembre, el indicador de 12 meses iba en 4,12 por ciento, con todo y que el dato de ese mes estuvo por encima de lo esperado por los analistas, quienes ya anticipaban que iba a entrar en el rango del Emisor.
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El repunte tuvo que ver con el aumento en el rubro de transporte, ocasionado principalmente por el paro de pilotos Avianca, así como por los gastos en diversión y vivienda.
Incluso, los alimentos volvieron a subir, después de varios meses consecutivos con variaciones negativas. En ese escenario, quienes han sentido menor inflación este año son las familias de ingresos bajos, pues los precios para este segmento han aumentado 3,73 por ciento en los últimos 12 meses, comparado con 4,72 por ciento en los ingresos altos.
Entre tanto, hay ocho ciudades de las que incluye el Dane en sus mediciones que todavía reportan incrementos superiores a 4 por ciento en ese lapso. Se trata de Bogotá, Medellín, Manizales, Popayán, Pasto, Bucaramanga, Cali y San Andrés.