La transformación digital ha sido evidente en diversas industrias y sectores económicos, sin embargo, el agro en Colombia aparece como el último en hacer uso de estas herramientas y en apropiarse de las tecnologías emergentes.
La agricultura 4.0 es fundamental para nuestro país, no sólo para proyectar al campo sino también para que los jóvenes puedan ver esperanzas en esta industria y apuntarle a un nuevo modelo de económico y social.
Con el objetivo de entender qué se debe hacer para potenciar el futuro del agro en Colombia desde la perspectiva de la transformación digital se consultó a cuatro especialistas en temas de Big data, analítica de datos, políticas públicas en alimentación y bioprotección. A continuación, las opiniones y aportes de cada uno.
1. “Para el 2050 tendremos el reto de alimentar a 10 mil millones de personas en el mundo”: Orlando Ayala - vicepresidente ejecutivo de Microsoft y miembro de la junta de Ecopetrol
Lo más importante en este momento es reducir las ineficiencias en las cadenas de distribución de alimentos. En Colombia entre el 30% y el 40% de los alimentos se bota, generando un costo de 1,3 trillones de dólares.
El campo colombiano requiere aumentar su productividad en cinco aspectos: información inteligente y en tiempo real, rendimiento, control de plagas y fertilizantes, creación de mapas y del territorio y economías más circulares.
2. “Hay que pasar de una ‘carbon economy’ a una ‘bio economy”: Nicolás Cock - presidente de BioProtección Global
Venimos de economías degenerativas y dependientes del carbón. ‘Sostener’ y ‘conservar’ son términos y prácticas insuficientes, debemos movernos hacia una agricultura regenerativa. En Colombia el monocultivo es la causa del 70% del uso de agua potable, del 60% de la pérdida de la biodiversidad y del 30% de la generación de gases de efecto invernadero.
Por medio de la agricultura regenerativa hay un restablecimiento de los ecosistemas, maximización de la producción y de la salud pública, una distribución equitativa del valor y la generación de mayor resiliencia. Actualmente, hay enormes oportunidades para aprovechar sosteniblemente la biodiversidad del país para la producción de bioinsumos de uso agrícola. La tecnología ya está disponible, pero se debe expandir su aplicación.
3. “La analítica de datos es clave para resolver los vacíos de información sobre el agro colombiano”: Mónica Patiño, presidente de Servinformación
El agro colombiano sí tiene información, todo es cuestión de organizarla y procesarla. El sector financiero y el sector asegurador no invierten en el campo, no porque no quieran, sino porque desconocen los riesgos.
Por eso, recolectar y procesar la data es el primer paso. El segundo es crear un perfil que brinde información a las otras industrias y les permita comprender qué variables existen. El tercero es apoyarse en esta analítica para generar informes e insumos a los campesinos acerca de cuándo, dónde y cómo cosechar los productos para maximizar las condiciones climáticas y ambientales. Por último, promover las alianzas con otros sectores que permitan seguir impulsando el agro en el país.
4. “La transformación del sistema alimentario puede ser acelerado por la tecnología y la innovación”: Marcos Rodríguez Fazzone, coordinador del programa Mesoamérica Sin Hambre – Colombia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
La pandemia dejó en evidencia la falta de información para tomar decisiones sobre el sistema alimentario. Si bien esta existe, no está combinada de forma correcta y genera asimetrías tanto para los productores como para los otros actores. La tecnología puede ayudar a anticipar posibles pérdidas, sobre todo, en modelos donde se pierde el 35% de los alimentos. La tecnología se ha concentrado en los primeros eslabones de la cadena, pero aún hay ineficiencias donde se podría trabajar por diseñar esquemas que optimicen los servicios logísticos y de distribución. Por ejemplo, en Antioquia el 74% de los alimentos provienen de otras regiones que podrían ser fácilmente suministrados por productores locales.
En definitiva, hay una gran necesidad por un programa de inclusión social liderado por los jóvenes para que las innovaciones tecnológicas lleguen sin rezago al 75% de las unidades de producción que se encuentran bajo el modelo de una agricultura familiar.
Para llegar a una agricultura 4.0 debemos apostarle a una mayor transformación digital del campo, ampliar su conectividad y entender cuándo, dónde y qué producir. Los esfuerzos se están haciendo, pero las sinergias y unión entre la academia, el sector público y el sector privado deben fortalecerse para darle aún más impulso al campo colombiano.
Por esto, desde la iniciativa de Agronegocios e Industria de Alimentos (ANeIA) de la Universidad de los Andes buscamos contribuir a la discusión por medio de charlas y encuentros periódicos donde se debate y comparten proyectos, buenas prácticas y conocimientos disruptivos sobre el agro que realmente puedan potenciar este sector en el país y convertirlo en un motor de la economía nacional.
Por: Luis Felipe Arias
Coordinador Iniciativa ANeIA
Estudiante de Administración y Derecho – Universidad de los Andes