Con varias negociaciones comerciales en marcha y un nivel de cooperación cada vez mayor, la relación entre la Unión Europea y Latinoamérica es más importante que nunca.
Así describió el momento que viven los lazos entre estas regiones Federica Mogherini, la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, quien, en conversación con Portafolio, aseguró que ambos se proyectan como los polos de equilibrio en un mundo de crecientes amenazas como es el actual.
¿La relación de la UE con Latinoamérica es más importante que nunca?
Mantenemos un diálogo político intenso y cooperamos en variedad de temas como género, comercio e inversión, investigación e innovación o medioambiente, entre otros. Tampoco perdamos de vista que en un mundo con crecientes amenazas a la estabilidad, Europa y América Latina se proyectan como un polo de equilibrio, de igualdad y de crecimiento sostenible.
Juntos podemos ser el motor de un cambio más justo y equitativo. Tenemos la misma visión sobre el libre mercado como instrumento para promover la inversión y generar empleos e innovación. Además, somos socios que contribuimos al sistema multilateral para cumplir la agenda de desarrollo sostenible. Países como Colombia y Chile han participado ya con nosotros en operaciones de gestión de crisis.
¿Cómo se imagina esta relación en el futuro?
Creciente, sostenida y con avances cualitativos. Esto basado en retos comunes; solo por mencionar áreas donde cada vez estrechamos lazos: la seguridad, la lucha contra el cambio climático, aumentar la calidad de vida de nuestros ciudadanos y trabajar por valores como el respeto y la defensa de los DD. HH.
¿Qué tan importante es la región y Colombia para los intereses de la UE?
América Latina es una región en constante evolución y con un crecimiento sostenido e iniciativas de integración importantes como Mercosur y la Alianza del Pacífico. Colombia es especial por el momento histórico que atraviesa, al pasar de un conflicto de más de 50 años al posconflicto y la reconciliación. Esta ha sido la mejor noticia de paz en el siglo XXI, es un ejemplo para el mundo y un reto, porque los años posteriores son cruciales para consolidarla.
¿Qué visión tiene del país?
Siempre hemos visto a Colombia como un país pujante, con una población emprendedora, dinámica y con altos niveles de educación y calor humano.
La paz es un principio que rige nuestros orígenes y es nuestro deber promulgarla en nuestras fronteras y más allá. En este sentido, juega hoy un rol de esperanza, de ejemplo con un proceso que puede orientar a otros que aún tienen conflictos. Es un país que se merece ya esa segunda oportunidad sobre la Tierra.
¿Esperan avances en los TLC con la región?
Son negociaciones que seguimos trabajando, con el Mercosur y con México. En ambos casos, las partes involucradas estamos comprometidas a hacer los mayores esfuerzos para concluir las negociaciones a finales de este año. Por eso, acordamos un calendario ambicioso de reuniones que nos lo permitan.
¿Qué tan preocupados están por la situación actual de Venezuela?
Mucho. La UE y sus miembros están muy preocupados tanto por la falta de garantías constitucionales, como por una Asamblea que difícilmente representa la mayoría del pueblo y también por la violencia creciente, la presión contra la oposición y las violaciones de los derechos humanos.
Por eso, hemos hecho un llamado para que todos aquellos que en Venezuela tienen el mandato democrático de gobernar, legislar y administrar justicia ejerzan sus responsabilidades y negocien una ruta hacia delante que le apueste a la estabilidad del país.
¿Qué medidas pueden llevarse a cabo?
Hay medidas inmediatas como la recuperación de la confianza, que puede comenzar por la liberación de todos los opositores encarcelados, la apertura de un canal humanitario y el respeto de los derechos constitucionales de todas las instituciones legítimas.
Pero también es encontrar por la vía del diálogo compromisos y garantías, ese es el camino de la solución. Hemos alentado las ofertas de acompañar esas negociaciones y estamos dispuestos a apoyar activamente todos los esfuerzos para lograr el objetivo.
Por último, debo reiterar que la UE seguirá trabajando con todas las partes, nacionales e internacionales, para garantizar el apoyo adecuado a un retorno no violento al orden democrático y la solución a la difícil situación social y económica del pueblo venezolano.
¿Cree que la UE debe ocupar el liderazgo que abandona EE. UU.?
Ya lideramos muchos procesos, no olvidemos nuestro rol en el acuerdo nuclear con Irán, nuestros esfuerzos de lucha contra el cambio climático y los acuerdos de París.
¿Cómo cree que será la UE tras su ‘reformulación’?
La UE siempre ha salido reforzada de sus crisis. El solo hecho de haber nacido después de las dos grandes guerras y haber unido voluntades para construir un continente en paz es un enorme valor agregado. Son las dificultades las que nos retan a ser innovadores y a reinventarnos todos los días, siempre en función del bienestar de nuestros ciudadanos.
La historia es dinámica y la UE sabe que su proceso de construcción también lo es. Un ejemplo es nuestra Estrategia Global de Política Exterior y Defensa, que busca reforzar la autonomía estratégica y ha servido como trampolín para relanzar la integración tras el referéndum británico. Puedo asegurarle que hemos tenido más progresos en seguridad en este último año que en los últimos diez.
¿Cuáles son las claves para garantizar la seguridad?
Estamos avanzando con agilidad en estos temas, que son una necesidad de nuestros ciudadanos. Creo que el Libro Blanco de la Comisión Europea nos da herramientas para trabajar en función de la seguridad y ya hemos concretado puntos importantes. Igualmente, estamos retomando el tema de una Europa de la seguridad y defensa que nos permite integrar esfuerzos y mejorar nuestra capacidad de respuesta, desarrollar capacidades militares e invertir de forma más vigorosa recursos en defensa y en cooperación mutua.
Rubén López Pérez
Subeditor Portafolio