Mientras las centrales obreras aseguran que el salario mínimo debería incrementarse entre el 10 y el 12 por ciento; la Anif recomienda que el ajuste no debería ser mayor al 4,5%, y los empresarios estarían considerando proponer un aumento de entre 4 y 4,1 %, cifras cercana a las estimaciones de la inflación para el cierre de este año, debido a que la economía no parece mostrar buenos síntomas en lo que resta del 2017.
Esta es la radiografía de cómo está el pulso en el país en torno al salario mínimo, que inició su discusión este lunes, antes de lo previsto.
(Especial: Salario mínimo en Colombia 2018).
El Ministerio de Trabajo reveló en las últimas horas cuál será el cronograma de la negociación, que oficialmente inicia el 5 de diciembre, pero que ya se discute en subcomisiones donde se evaluarán aspectos como la productividad y la inflación, entre otros.
De acuerdo con los sindicatos, un incremento superior al 10 por ciento es necesario porque el “salario ha perdido su capacidad adquisitiva frente a la canasta familiar”. Es decir que lo que gana una persona ya no alcanza para suplir sus necesidades y en tal sentido la gente debe ganar más para dinamizar la economía.
En la otra orilla están los empresarios y gremios, que aunque no se han lanzado a entregar una propuesta formal sobre el porcentaje del ajuste salarial del próximo año, sí han señalado que la discusión va a estar difícil por los resultados económicos que viene teniendo el país.
Para Guillermo Botero, presidente de Fenalco, este 2017 ha sido un año difícil en materia económica por cuenta de la reforma tributaria, que afectó al comercio y la industria y por las bajas cifras de generación de empleo.
En una columna de opinión publicada este martes por Portafolio, Camilo Herrera Mora, presidente de Raddar, señaló que aumentar el salario mínimo en una proporción alta, no genera un aumento de demanda, ni dinamiza el consumo.
“Comienza el debate por el aumento del salario mínimo, con dos retos enormes: la economía crece despacio y el aumento del 2017 no dinamizó el gasto de los hogares como se esperaba, lo que deja al mundo sindical sin uno de sus principales argumentos de negociación, porque se mostró que aumentar el salario mínimo en una proporción alta, no genera un aumento de demanda”.
Herrera cree que para el próximo año el salario debería aumentar un 4,5%, incluso podría ser menor, pero habría que tener en cuenta el dato de inflación, ya que según lo exige la Ley, el ajuste no debe ser inferior al IPC.
Según el presidente de Raddar, la razón por la cual sube el salario mínimo, pero el gasto de hogares y el empleo no despiertan, tiene que ver con que los demás sueldo no aumentan igual que el incremento del mínimo, lo que hace que la capacidad de compra sea menor, y muestra que los empleadores buscan trabajadores más baratos.
Así las cosas, el riesgo de subir mucho el salario mínimo es que desmotiva el empleo y puede reducir el crecimiento de los demás sueldos, causando que la demanda interna no se vea beneficiada.
Por su parte, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) recomendó hace unas semanas que el incremento del salario mínimo legal para el 2018 no debería exceder el 4,5%.
(Subir el mínimo más de 4,5% pone en riesgo el empleo: Anif).
Según este centro de estudios económicos, superar esta cifra podría poner en riesgo la generación de empleo, debido a las rigideces estructurales del mercado laboral nacional.
De acuerdo con Anif, el aumento del salario mínimo debería ser de $42.200 en el próximo año, con lo cual quedaría ubicado en $779.900.
BANREPÚBLICA INSISTE EN UN SALARIO MÍNIMO DIFERENCIAL
Mientras gremios y trabajadores inician la discusión para establecer el porcentaje que subirá el sueldo básico de los colombianos el próximo año, el Banco de la República ha hecho recomendaciones más de fondo sobre la posibilidad de que en Colombia haya un salario mínimo diferenciado por regiones.
(Los pros y contras de tener un salario mínimo por regiones).
“Proponemos que las ciudades más productivas tengan un salario mínimo superior al de otras con un índice inferior; esto permitiría un balance entre productividad laboral y la remuneración que no dificulta la demanda de trabajo formal”, reza un documento titulado 'Informalidad laboral y elementos para un salario mínimo diferencial por regiones en Colombia', elaborado por Luis Arango y Luz Flórez.
Si bien esta no constituye una propuesta formal del banco central, los investigadores que elaboraron el documento sostienen que dado que existe heterogeneidad regional de la informalidad laboral, los análisis que realizaron sugieren que también existe heterogeneidad en la productividad de los trabajadores, lo cual sería una razón para introducir un salario diferencial por regiones.
Javier Acosta
@javaco18
Portafolio.co