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Economía

29 may 2019 - 10:39 a. m.

Los países atrapados en medio de la guerra comercial EE.UU. - China

El conflicto ya presiona a naciones a ponerse de lado de algún bando, aunque mantiene relaciones importantes con ambos países.

Guerra comercial

Estados Unidos y China se han enfrascado en las últimas semanas en una escalada de tensión comercial, con imposiciones mutuas de aranceles a las exportaciones nacionales.

AFP

POR:
Bloomberg

Sigue el debate sobre los costos de esta guerra comercial para China frente a Estados Unidos, pero los participantes estadounidenses en ese debate pasan por alto algunas de las mayores víctimas: los países "atrapados en el medio".

(Lea: Productos con los que Colombia puede aprovechar la guerra comercial)

La guerra comercial actual dificulta que muchos países y muchos empresarios mantengan siquiera una postura parcialmente a favor de EE.UU. Un ejemplo es Pakistán.

(Lea: Se aviva guerra comercial entre China y Estados Unidos)

Hace poco se conoció que China prestó US$6.500 millones a Pakistán solo en este año fiscal y China es además un importante apoyo en infraestructura y el mayor inversionista extranjero directo de Pakistán.

(Lea: ‘Toca volver a la época de exportar o morir’)

Asimismo, China es el principal contrapeso de Pakistán en su rivalidad con India. La realidad es que los lazos entre Pakistán y China serán fuertes.

Pakistán realmente no tiene la opción de faltar el respeto a los chinos. Ahora considere la relación Pakistán-EE.UU. El país norteamericano es la mayor fuerza militar y el dólar es la moneda de reserva mundial. EE.UU., no China, es el mayor importador de productos pakistaníes.

En tanto, EE.UU. ha vendido una buena cantidad de armamento a Pakistán y hace no mucho tiempo organizo una invasión de territorio pakistaní para capturar a Osama bin Laden.

Además, EE.UU. comparte inteligencia con Pakistán y coordina algunos ataques con drones y políticas sobre Afganistán con Pakistán. Es una relación bastante complicada, llena de tensión, pero ninguna de las partes puede simplemente romper lazos con la otra.

En este escenario, muchos empresarios pakistaníes trabajan con China y EE.UU. Ahora el presidente Donald Trump básicamente les pide que elijan un bando.
¿Harán negocios con Huawei o no? ¿Colaboraran para abrir la economía china o no? Si usted es Pakistán, acerca de los temas reales en consideración, apoyara a los chinos.

Pakistán no vetará a Huawei ni presionará a China para que abra sus mercados a importantes empresas tecnológicas estadounidenses. China se saldrá con la suya en esos puntos y lograra algunas victorias muy públicas en la arena pública pakistaní.

Líderes y empresarios pakistaníes que respaldaron a EE.UU., o expresaron fuerte lealtad hacia ese país, se verán afectados. Su bando acaba de perder un importante debate, centrado en un conflicto que en primer lugar no tenía ningún beneficio para Pakistán y fue al menos de manera aproximada iniciado por Trump.

En otras palabras, EE.UU. dificulta que muchos actores externos se pongan de su lado, incluso de forma parcial. Con el tiempo, está limitando su propio poder blando en los países atrapados entre EE.UU. y China y el poder blando es la única área en la que EE.UU. aún tiene (¿o ya se puede hablar de tuvo?) una gran ventaja frente a China.

A mayor plazo, es más probable que los países atrapados en el medio respalden medidas que debiliten el control estadounidense del sistema financiero mundial. Con el tiempo muchos de los incentivos más duros de EE.UU. para la cooperación también se erosionaran.

Las respuestas a la guerra comercial son aún más profundas. Si usted es un país en el sur o el centro de Asia, su respuesta secundaria a la presión estadounidense ligada al conflicto comercial puede ser elevar el nivel de su propia hipocresía.

Intentará afirmar con mayor firmeza que asiste a EE.UU. en aspectos no ligados a la guerra comercial de la relación, por ejemplo en compartir inteligencia. Tales declaraciones pueden o no ser ciertas, pero como abandonar la relación con EE.UU. no es una opción, debe ofrecer algo extra a EE.UU., aunque sea a nivel de discurso.

Obviamente no es una buena idea intensificar la presión en estas otras facetas de las relaciones sobre política exterior con EE.UU. Quizás esas manifestaciones de interés común exageradas en primer lugar, pero aun así: ahora habrá incluso menos transparencia y honestidad entre naciones.

Eso eleva las chances de decepción mutua y eventual recriminación. Otro ejemplo de país atrapado en el medio es Singapur, que también debe mantener buenas relaciones con China y EE.UU.

Si se obliga a Singapur a elegir, una premisa subyacente clave de su política exterior colapsara. Sí, es mejor más que menos honestidad y tal vez EE.UU. se muestra ofendido cuando otros países muestran dos caras sobre su respaldo de políticas estadounidense, pero la realidad es que una política externa exitosa depende de mucha "ambigüedad creativa".

No es evidente que "obligar a Singapur a elegir" beneficie a EE.UU. Lo mismo en el caso de Corea del Sur. Muy a menudo grandes países solo piensan en términos de otros grandes países, pero muchos de los grandes perdedores en esta disputa entre China y EE.UU. son actores más pequeños y las relaciones estadounidenses con ellos. Eso podría ser el mayor legado de esta guerra comercial.

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