El aporte para recaudar fondos en Colombia tiene un tamaño y potencial atractivo.
De acuerdo con un reciente informe de Boston Consulting Group (BCG) y Save the Children, en Colombia el mercado social potencial es de 15.000 millones de dólares.
De ese mercado social, solo entre 0,9 y 1,7 billones de dólares están disponibles para el recaudo actual, ya que gran parte de estos recursos son implementados directamente por otras entidades, o se invierten a través de mecanismos diferentes a las donaciones.
Sin incluir al Estado en el análisis, el estudio reveló que la participación del total del mercado representa un 0,7 por ciento del producto interno bruto (PIB).
En Comparación con otros países, Colombia no está lejos de tener un apoyo social fuerte, pues en el caso de Estados Unidos, el mercado social equivale a un 2,1 por ciento del PIB.
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Sin embargo, existen múltiples obstáculos que inhiben este crecimiento, dentro de los cuales se encuentran la cultura subdesarrollada de donación y los sistemas de pagos recurrentes limitados.
“En el futuro, nuevos retos van a transformar la dinámica de las fuentes de recaudo, como la disminución de la cooperación internacional a causa de la categorización de Colombia como país de renta media alta”, explica el informe.
Actualmente, existen siete obstáculos principales que explican las condiciones que limitan la recaudación de fondos en el país: la cultura de donación subdesarrollada que dificulta el recaudo de donaciones recurrentes, la falta de confianza en las ONG y en el manejo de recursos, pues de acuerdo con la firma de comunicaciones Edelman, 40 de cada 100 colombianos no confían en las ONG’s.
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También está la desconfianza en compartir datos personales y bancarios lo que limita el recaudo a canales digitales, telefónicos y presenciales, pues de acuerdo con We Are Social, solo el 6 por ciento de la población colombiana hace pagos en línea.
Además de estas barreras, la oferta en el sistema de pagos automáticos recurrentes implica un alto esfuerzo en procesos manuales, las comisiones bancarias, pueden llegar a ser de más de un dólar por transacción, lo que conlleva actualmente a tener una pérdida de cerca al 10 por ciento de las donaciones mensuales.
Y la ultima limitación estudiada se debe a lo que la consultora llama oferta inexistente de programas profesionales de recaudación.
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“Por eso en búsqueda de hacer frente a estos retos, es necesario que los receptores de fondos construyan una estrategia de recaudo con base en el entendimiento del mercado, trabajen en conjunto para reducir las limitaciones bancarias y garanticen la seguridad de los datos y el uso eficiente de los recursos recibidos”, dice el documento.
TRANSFORMACIÓN
Las empresas colombianas son las que más han seguido la tendencia de abordar los temas sociales como parte fundamental del negocio, aportando a la innovación social.
El estudio explica cómo las compañías pueden incrementar su longevidad y el valor para sus accionistas, al cambiar su enfoque social y no solo apoyar el programa de responsabilidad social empresarial, pues resulta en una valuación de 3 a 19 por ciento más alta para los accionistas, dependiendo de la industria.
En términos de limitaciones, se espera que tres nuevos retos transformen la dinámica de las fuentes de recaudo.
En primer lugar, la categorización de Colombia como país de renta media alta en el 2010 y la entrada a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), disminuiría los fondos de cooperación internacional por el final del proceso de paz.
El foco de más del 80 por ciento de los recursos de cooperación será destinado a la construcción de paz y el desarrollo rural sostenible. Se espera que el Estado asuma el rol que venía realizando la cooperación internacional en el país, aumentando su inversión en temas sociales.
En segundo lugar, los cambios recientes en las regulaciones tributarias y en los mecanismos de contratación, disminuirán los incentivos de las donaciones e incrementarán la dificultad de contratar con el Estado.
Específicamente, el Decreto 092 de 2017, restringió la contratación estatal al poner condiciones que dificultan el proceso para las entidades sin ánimo de lucro. Por ejemplo, algunos tipos de convenios implican el pago de una contrapartida del 30 por ciento en capital.
Por último, dos sucesos han incrementado la percepción de riqueza de Colombia a nivel mundial. En primer lugar la categorización de Colombia como país de renta media alta y el aumentó del PIB per cápita, por eso las ONG comienzan a ver un potencial de recaudo alto en el país, creando una tendencia generalizada de autosostenibilidad financiera.
QUIÉNES PUEDEN DONAR
En el país se estima que entre el 3 y 6 por ciento del presupuesto social del Estado es ejecutado a través de Empresas Sociales y tienen un potencial de donación a diversas causas de 620 millones de dólares.
Para el caso de las personas, se estima que excluyendo las donaciones a religión se pueden dirigir 90 millones de dólares aproximadamente.
Las empresas pueden sumar 140 millones de dólares para la donación y el 64 por ciento de ellas hace inversión social, a través de donaciones.
En el caso de las fundaciones ellas pueden aportar 30 millones de dólares y solo entre el
4 y 24 por ciento son las que donan sus recursos.
Las cooperaciones internacionales tendrían la posibilidad de aportar 390 millones de dólares y el 70% de los fondos de cooperación son recibidos actualmente través de ONGs.