La mina de oro San Ramón, que se perfilaba como uno de los proyectos auríferos que le ayudaría al país a dar el salto en la producción del metal precioso, lleva más de un año sin extraer un solo gramo de oro.
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El ambicioso complejo minero, que junto con el de Buriticá de la multinacional Continental Gold, posicionaría a Colombia en el radar de la producción a gran escala de oro a nivel mundial a corto plazo, no ve aún la luz al final del túnel para su salvación.
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Y las autoridades, tanto del orden nacional, como departamental y municipal no tienen certeza sobre el futuro del proyecto, ya que desde que Red Eagle Mining, tenedora de la licencia frenó la producción, no ha informado si entrega los títulos, o cedería la operación a otra minera.
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“En septiembre del año pasado Red Eagle Mining nos informó que no podían seguir con el proyecto bajo el argumento que los inversionistas habían decidido liquidar la sociedad. Sin embargo, nosotros establecimos que trazaron unos cálculos erróneos y esperaban un pronto retorno de la inversión, pero al final la realidad fue otra en cuanto a los tenores del metal y el volumen proyectado de producción”, señaló Dora Balvin, secretaria de Minas de la Gobernación de Antioquia.
LIQUIDACIÓN Y OFRECIMIENTO
La funcionaria recalcó que al mismo tiempo que hicieron el proceso de liquidación, ofrecieron el proyecto a varias compañías mineras con el fin que retomaran la operación. “Incluso, tenemos entendido que posiblemente devuelvan los títulos a la Gobernación de Antioquia”, dijo.
Y dejó en claro que hasta el momento la concesionaria tienen aprobada la solicitud de suspensión en la operación para definir qué hacen con el titulo minero.
“La autoridad minera, como es la Gobernación de Antioquia, les dará un compás de espera adicional para establecer que empresa minera asume la operación”, precisó Balvin.
Así mismo, recalcó que la nueva compañía que asuma la operación del proyecto San Ramón, antes de reactivar la tarea en la mina, debe hacer un recálculo, tanto en inversión, como en producción. Esto, teniendo en cuenta las reservas probadas de oro.
Por su parte, voceros de la alcaldía de Santa Rosa de Osos (Antioquia), municipio donde se encuentra localizado el complejo minero, afirmaron que este generó una gran expectativa por los recursos que llegarían a las arcas, pero que no se concretaron porque las regalías estaban proyectadas entre el 2020 y el 2021.
De igual manera la dinámica económica del municipio se fue al traste ya que el proyecto le brindaba oportunidades laborales de forma directa e indirecta a 600 personas de la zona, sin descontar que afectó la actividad comercial en servicios como alojamiento, transporte, entretenimiento y alimentación.
DEBACLE FINANCIERA
Cabe recordar que el proyecto aurífero de San Ramón, inició operación formal comercial en enero del 2018, tarea que duró casi ocho meses y en los que alcanzó a producir poco más de 5.700 onzas de oro.
Sin embargo, el nivel de deuda al que llegó la empresa, el cual superaba los US$60 millones (solo en intereses), sumado al mal cálculo en las proyecciones tanto económicas como de producción, desataron la crisis interna en la minera Red Eagle Mining.
Según el portal Insolvency Insider, la citada minera canadiense además de pasar a manos de su principal acreedor Orion Mine Finance, se declaró en quiebra el 21 de noviembre del 2018. Un mes después fue desenlistada de la Bolsa de Valores de Toronto.
Dos meses antes (agosto del 2018), Red Eagle Mining trató de atender sus obligaciones con los acreedeores (además de Orion Mine Finance, sino además Liberty Metals & Mining Holdings) reestructurando su deuda, pero el nivel de la acreencia era tan alto que no logró el objetivo.
Un comunicado de la minera (agosto 2018) no solo reveló que la situación financiera era “insostenible”, sino que informó del proceso de reestructuración que incluía una colocación privada de títulos, retiro de la línea de crédito, cancelación de todos los intereses devengados, cancelación de cuentas por pagar de proveedores, designación de un nuevo presidente independiente y consolidación de acciones.
Sin embargo, al 30 de junio (2018), la multinacional minera a su haber poseía un capital de trabajo negativo cercano a los US$100 millones, que sumado a los intereses en su crédito (US$60 millones), más los castigos por mora y las cuentas acumuladas por pagar que llegaron a los US$44 millones, y la adición de US$18 millones por la capitalización de la cuenta de crédito y las obligaciones con los proveedores, los derivó en la inviabilidad financiera de Red Eagle Mining.
El taconazo de la quiebra económica de la citada minera en Canadá también se sintió en Colombia. No solo frenó su operación en la mina San Ramón, sino que previendo lo que se le venía, además de solicitar a la Gobernación de Antioquia la suspensión de tareas en el complejo minero, se desafilió de manera formal de la Asociación Colombiana de minería (ACM) con el argumento que ya no poseía actividad extractiva en el territorio nacional.
ESTRUCTURA DEL PROYECTO
El 2 de enero de 2018 y con una extracción de 750 toneladas de material por día comenzaron las tareas de producción del proyecto San Ramón. La meta trazada por Red Eagle Mining era producir al año entre 40.000 onzas y 50.000 onzas de oro.
Según el modelo económico de la multinacional minera, buscaban extraer el citado volumen diario de oro a un tenor de 5,5 onzas por tonelada. Y la proyección trazada para que la sensibilidad de la actividad no se altere era por debajo de los US$1.000 por onza.
El estudio de factibilidad del proyecto Santa Rosa fue hecho a 200 metros de profundidad y se proyecta la producción para 10 años.