Los indígenas nukak makú, que llevan varios años aguantando hambre y arrinconados en las goteras de San José del Guaviare, tienen depositados en una cuenta a su nombre más de 2.300 millones de pesos. Y el lío es que no los pueden utilizar.
Desde el 2006 estos indígenas debieron salir de la selva acosados y amenazados por las Farc que no los quería tener en su zona de guerra y de abastecimiento de coca.
Los nativos se vieron obligados de dejar su casa, que era la selva, para llegar hasta el caso urbano de la capital del Guaviare.
Ahora, a pesar de tener su nombre la importante cantidad de recursos no los pueden utilizar, simplemente porque la ley no se los permite.
El alcalde de San José, Efraín Rivera, indicó que esos recursos corresponden a las transferencias nacionales para las comunidades indígenas y explicó que no se pueden gastar porque para hacerlo, la comunidad indígena debe tener una organización legalmente constituida. Y los nukak no la tienen.
Y no la tienen porque su organización se hace por familias.
Es más, estos nativos ni siquiera tienen a un líder visible o a alguien que los represente. Además, son muy pocos los que hablan español.
“El Gobierno Nacional nos ha consignado la plata pero estamos amarrados debido a que ellos no tienen un gobierno propio. Así veamos que ellos la requieren con caracter urgente, no podemos disponer de ella”, dijo el alcalde.
El Ministerio del Interior debe ayudar en eso, debe ayudarlos a organizarse. Creo que el Ministerio debe colaborar con la modificación de la ley”, insistió el mandatario.
Según el alcalde, en su municipio hay unos 250 nukak, que viven en condiciones precarias, y preocupa especialmente la situación de los niños para evitar que caigan en vicios.
Además, como no tienen el concepto de propiedad privada entran continuamente en choques con los colonos, pues consideran que todo lo que encuentren en el campo lo pueden tomar.
A esto se agrega que están perdiendo sus costumbres para tomar las del hombre blanco.
Según el alcalde, el Ejército reportó que están dadas las condiciones de seguridad para que estos nativos puedan volver a la selva. A su gran reserva de más de 200.000 hectáreas, porque hoy están en menos de cinco.
Sin embargo, explicó que se requiere dales unas condiciones mínimas como viviendas, salud, educación y servicios básicos, para lo cual se requieren los recursos.
ESPERANDO AYUDA
Joaquín Nijbe, uno de los pocos nukak que tienen algún liderazgo, dijo que esperaban que hace 15 días, cuando el presidente Iván Duque estuvo en San José, hubiera anunciado alguna medida para ayudarlos.
El indígena, en el escaso español que habla, dijo que al taller del presidente Duque fueron unos tres nukak, pero ninguno intervino.
“Nos quedamos esperando algo”, aseguró.
Joaquín dijo que ellos no viven contentos donde están, que quieren volver a su casa.
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