Las cifras que ha publicado recientemente el Dane dan cuenta de que, además de la pérdida de al menos 4,4 millones de empleos entre mayo y julio, el mercado está teniendo cada vez menos relaciones laborales formales y, además, hay un incremento de las personas inactivas, que según expertos, puede convertirse en una precarización del trabajo en el país.
(Alerta por situación laboral de mujeres, jóvenes e informales).
Ayer el Dane publicó otro informe de las perspectivas del mercado laboral teniendo en cuenta el Registro de relaciones laborales (Relab) de julio, un ejercicio que han hecho para ver el comportamiento de las personas que cotizan a través de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (Pila) en calidad de trabajadores dependientes e independientes.
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Según el documento, el número de relaciones laborales dependientes cayó en julio -8,3%, pues en 2019 la cantidad de personas en ese periodo con ese tipo de contrato era de 9,1 millones, mientras que en 2020 fue de 8,4 millones.
Lo mismo se vio con los independientes, con una reducción de 14,1%, siendo ese mes de julio el que presentó la mayor caída.
Juan Daniel Oviedo, director del Dane, explicó que el motivo que explica este comportamiento tiene que ver, entre otras cosas, porque a las empresas “se les están acabando los cartuchos de la suspensión de contratos y de vacaciones para enfrentar los efectos de la pandemia”.
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Eso se refleja en las cifras, pues mientras que en marzo y en abril el porcentaje de contratos que tuvieron vacaciones fueron de 20,2% y 28,2%, respectivamente, este mismo dato fue de 5,9% y 6,4% en junio y julio, en ese orden.
Algo similar pasó con la suspensión de contratos, pues mientras tuvo un pico de variación de 37,8% en mayo, se ha ido reduciendo, pues en junio y julio ese dato fue de 35,6% y 31,9%, respectivamente.
Para Iván Jaramillo, del Observatorio Laboral de la U. Rosario, el recurso de las vacaciones y la suspensión de contratos muestra “la ausencia de amortiguadores sociales que integran el sistema de seguridad social para responder a la crisis. No obstante, los condicionamientos de acceso al Programa de Apoyo al Empleo Formal (Paef), deriva en el compromiso de principios de continuidad del ingreso e imposición de medidas patronales, como licencias no remuneradas que se articulan en acuerdos individuales en el contexto del vínculo asimétrico de empleadores y trabajadores”.
En cuanto a la cantidad de contratos que se terminaron en estos periodos, se ve que en marzo se registró el mayor incremento de retiros, con 10,5%, y el dato ha ido decreciendo en los próximos meses: en abril fue de 5,6%, mayo de 5,4%, en junio de 6,2% y en julio de 6%.
El informe del Dane también confirma lo que se ha mostrado en los informes de mercado laboral de meses pasados, y es que los sectores que se han visto más afectados por las restricciones que se tomaron por cuenta de la pandemia, como las actividades artísticas y el alojamiento y servicios de comida, han sido los más damnificados.
Según el reporte, en julio dichos servicios mostraron un aumento de 5,9% y 5,2% en el número de contratos suspendidos, comparado con el mismo mes del año anterior. También se ven alzas pronunciadas en el sector de transporte y almacenamiento (3,7%) -con énfasis en el transporte aéreo según el director del Dane-, y las actividades financieras y de seguros (3,2%).
Ahora bien, si por un lado se ha visto una caída de los contratos formales, se ha reportado un aumento del número de personas que no están buscando trabajo pero que están en edad de hacerlo. Según los reportes más recientes del Dane, el número de personas inactivas entre mayo y julio pasaron de 14,4 millones el año pasado, a 17,3 millones en el mismo periodo de 2020. Y se confirma que las mujeres son las que más han llegado a ese estado, pues del alza de 2,8 millones de personas, 1,8 millones eran mujeres, de las cuales 1,7 millones se están dedicando a oficios del hogar.
Por otra parte, la proporción de personas informales en las 13 ciudades que estudia el Dane fue de 46,3%, frente a un 46,4% del mismo periodo del 2019.
Y, como se ha visto en los otros indicadores del mercado laboral, la proporción de informales también ha golpeado con más fuerza a las mujeres, pues la proporción es de 46,6% para ellas y de 46% para ellos, comparado con un 49,1% y 44,1%, respectivamente, del mismo periodo del año anterior.
¿PRECARIZACIÓN?
Ante ese panorama, Oviedo señaló ayer en la rueda de prensa que, aunque se espera confirmar con los resultados de agosto, se puede ver que por la flexibilidad de los contratos hay señales de que las vinculaciones laborales de dependientes están pasando a ser independientes, por la facilidad para los empleadores.
En ese sentido, y teniendo en cuenta el aumento de los independientes, Jaramillo llamó la atención sobre el panorama y dijo que “gran parte de las relaciones de trabajo por cuenta propia desconocen el principio constitucional de primacía de la realidad sobre las formalidades, lo que compromete el reconocimiento y la realización de garantías laborales de verdaderos contratos de trabajo”.
EL DRAMA DE LOS JÓVENES
El reporte que publicó ayer el Dane también mostró que los jóvenes han sido los más afectados en la terminación de contratos, en las novedades de vacaciones y en la suspensión de las vinculaciones.
Según el Dane, mientras que la participación de ese punto para las personas de 55 años o más y de los de 25 y 54 años, tuvieron una participación del número de relaciones laborales dependientes de 2,86% y 3,43%, respectivamente, para las personas menores de 25 años, esta fue de 4,84%. Eso es una señal de la difícil situación por la que pasan los jóvenes, y que se ha acentuado por la pandemia.
Cabe recordar que el Dane reveló recientemente que mientras que en julio del año pasado había 5,69 millones de jóvenes empleados, para 2020 la cifra cayó a 4,29 millones.
María Camila González Olarte
marola@eltiempo.com