El apetito de los fondos extranjeros por la deuda pública colombiana se mantiene, al punto que sus portafolios cerraron mayo con más de 64 billones de pesos.
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Así lo señala el más reciente informe del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, según el cual el saldo de TES en manos de estos inversionistas aumentó 47 por ciento en el último año (en plata blanca fueron 20,4 billones de pesos).
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Solo en mayo, tuvieron compras netas por 1,39 billones de pesos, y en lo corrido del 2017 suman 6,5 billones de pesos.
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Esto, en medio de un escenario en que los mercados emergentes, entre ellos Colombia, recibieron amplios flujos de capital del exterior. Pero, contrario a lo que venía pasando en mucho tiempo, la mayor parte del dinero fue para comprar acciones, más que activos en renta fija. Incluso, datos del Instituto Internacional de Finanzas revelan que Latinoamérica fue de las regiones que menos recibió recursos.
Aunque los fondos del exterior han jugado un rol de primera línea en el mercado, se espera que en los próximos meses haya una moderación.
Un análisis de Credicorp Capital señala que, en términos generales, esperan un menor flujo de recursos hacia los mercados emergentes en los siguientes trimestres, “en medio de una postura política cada vez menos expansiva por parte de los principales Bancos Centrales del mundo, especialmente a lo largo de 2018”.
De cualquier manera, la participación de los foráneos en el total subió a 26,16 por ciento del total, acortando ventaja con los principales tenedores, que son los fondos de pensiones y cesantías, que concentran el 27,46 por ciento.
Esto, si se tiene en cuenta que, por primera vez en el año, estos jugadores vendieron alrededor de 317.000 millones de pesos más de lo que compraron, según un informe de Alianza Valores.
El mismo documento señala que los mayores vendedores netos de deuda pública fueron los bancos comerciales (salieron de 3 billones de pesos), principalmente por unos vencimientos de títulos denominados en UVR.
