Hace tan solo unos meses, muchos analistas apuntaban a que el dólar estadounidense entraría en una espiral de debilidad que le llevaría, incluso, a perder su supremacía mundial. No obstante, hoy en día ese escenario no solo no se ha materializado, sino que por el contrario la divisa presenta una importante fortaleza.
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Este comportamiento se ve reflejado, por ejemplo, en su paridad con el peso colombiano, pues ayer mantuvo su tendencia al alza. Durante la jornada la divisa estadounidense presentó una valorización de $45,30 respecto a la TRM de ayer, por lo que el precio oficial para hoy es $3.635,12.
“Muchos anticipábamos que el dólar iba a ceder, pero no lo ha hecho, y lo que vemos es una moneda fortalecida incluso frente a las divisas de desarrollados. La razón es sencilla: Estados Unidos está teniendo una recuperación más vigorosa que el resto, gracias a una vacunación acelerada y un estímulo fiscal muy grande”, explica José Ignacio López, director de investigaciones económicas de Corficolombiana.
Según los expertos, aunque este desempeño en el dólar se puede mantener en el primer trimestre, se esperaría que en la segunda mitad del año se diluya su fortaleza. “El rebote en el segundo semestre será más homogéneo y eso hará que la moneda descanse, lo que es importante para la economía global, pues una divisa estadounidense fuerte tiende a ser recesiva”.
Algunos informes señalan una posible resistencia del dólar en $3.800 y un techo alrededor de $4.000.
Precisamente, los efectos que puede tener el dólar en la economía mundial es uno de los objetos de análisis de los expertos y, por ende, el impacto que tendría en un país como Colombia y su recuperación.
Según Alexander Londoño, analista de mercados de ActivTrades, como siempre el efecto más claro es el del comercio. “Las exportaciones se benefician de un dólar fuerte, pero los insumos que vienen de EE. UU. se vuelven más caros, afectando la ganancia. Las importaciones también se vuelven más costosas, pero el turismo aumenta”.
Martha Elena Delgado, directora de análisis macroeconómico y sectorial de Fedesarrollo, apunta también en ese sentido: “un dólar fuerte beneficia a las exportaciones y eso es un apoyo adicional en la recuperación económica, pues se es más competitivo por la depreciación. No obstante, esto no es tan directo, pues lo que pasa con el comercio y las exportaciones también es un problema de demanda. También ayuda en las remesas, con un mayor ingreso que ayuda a cuadrar las cuentas”.
Pero no es el único efecto. Como agrega Delgado, “vale la pena destacar el efecto fiscal y en términos de deuda, lo que afecta tanto a las obligaciones públicas como privadas en dólares. Una divisa estadounidense fuerte hace que se pueda incrementar el valor de las amortizaciones, por lo que se acaba destinando más pesos para pagar la misma acreencia. Ese es un aspecto que hay que monitorear de cerca”.
Y, por último, un dólar fuerte tiene efectos en otros rubros. Por un lado, mencionar que, como apuntan los expertos, esto lleva a una corrección en las importaciones, lo que tiene una relación directa con la inversión en el país, mientras que un encarecimiento de los bienes de capital también impacta a la demanda de consumo de bienes durables.