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Economía

30 dic 2017 - 8:23 a. m.

Presidente Santos se reúne con centrales obreras para definir el salario mínimo

El Gobierno hace un último esfuerzo por lograr un acercamiento entre las ofertas de los empresarios y los sindicatos para lograr un acuerdo en el incremento salarial para 2018.

Reunión salario mínimo

El presidente Juan Manuel Santos citó a la Casa de Nariño a los dirigentes de las centrales obreras y confederaciones de pensionados para buscar un acuerdo de incremento salarial para 2018.

Cortesía Presidencia - SIG

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El presidente de la República, Juan Manuel Santos, se reúne este sábado con representantes de las organizaciones sindicales en la Casa de Nariño, en compañía del ministro de hacienda, Mauricio Cárdenas, y la ministra de trabajo, Griselda Restrepo.

(Lea: Salario mínimo para el 2018 no superaría los 781.242 pesos)

A la reunión fueron convocados los representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT), la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) y la Confederación de Pensionados de Colombia (CPC).

(Lea: Desempleo en noviembre aumentó a 8,4%)

Como en otros años, las diferentes reuniones del último mes para negociar el mínimo muestran lo difícil que es alcanzar un acuerdo en esta materia.

Uno de los pocos puntos en los que estuvieron de acuerdo empresarios y centrales obreras una vez culminó la mesa de concertación es que la negociación del salario mínimo mensual, tal y como está diseñada hoy en día, es poco funcional y atractiva. De allí que los patronos y empleados plantearan cambios en la negociación y la forma de calcular el ajuste anual.

Alejandro Pedraza, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), afirmó que “la comisión de concertación debería convocarse en los meses de enero o febrero, por cuanto la cifras del año anterior ya están consolidadas; ahora, por negociarse antes de concluir el año, se trabajan sobre hipótesis que pueden no cumplirse”. Y agregó que debería reformarse la ley que creó dicho órgano, de modo que “no quede en manos del Gobierno, que es el que la convoca cuando quiere, presenta los proyectos que le parecen mejores y solo acepta proposiciones si le gusta”.

Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), desestimó dicha idea, en el sentido de que “el problema con cambiar la fecha es la retroactividad; hay empresas que tienen muchos trabajadores y el mínimo es un referente, con lo cual ajustar las alzas sería complejo”. No obstante, resaltó que tanto el Gobierno como las centrales tuvieron parte de culpa por no haber llegado a un arreglo. “Lo que no ha permitido un acuerdo fue el silencio del Gobierno y, más concretamente, el del Ministerio de Hacienda; además, los sindicatos arrancan con propuestas imposibles que muchas veces son incluso tres veces mayores que la inflación”.

A su turno, Iván Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, indicó que los ajustes en la mesa de negociación deben hacerse en varias aristas. En la primera coincide con Pedraza en la conveniencia de trasladar –de diciembre a marzo– la fecha de negociación. La segunda es que “una vez se fijen los ofrecimientos, sería clave que el Gobierno no pueda bajar esta cifra”. En contraste, Stefano Farné, del Observatorio del Mercado Laboral de la Universidad Externado, plantea que el cambio de fecha es una iniciativa pobre, y en cambio destaca que “la productividad sí tiene problema de cálculo, y sería bueno tomar el dato de productividad laboral y sumárselo a la inflación; ese es un buen punto para arrancar”.

CRÍTICAS A AJUSTE POR REGIONES

Otra de las propuestas que revivió durante estos días, luego de levantarse la mesa de negociación del salario mínimo, tuvo que ver con que este se defina según las regiones del país y de sus respectivos comportamientos económicos anuales.

Por un lado, Iván Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, indicó que este tipo de propuestas “se hace para buscar devaluar el salario de los trabajadores; dichas ideas tienen un manto para seguir jalonando hacia abajo el ingreso mensual de las personas”. Por su parte, Stefano Farné, analista del Observatorio del Mercado Laboral de la Universidad Externado, indicó que si bien tiene sentido en la teoría, no es posible hacerlo “porque, entonces, sería desigualar las diferencias que hay entre regiones y sus respectivos aportes al PIB nacional”.


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