La ‘tijera’ que se vendría en el Presupuesto General de la Nación (PGN) del 2020, cuyo anteproyecto fue entregado el pasado viernes al Congreso, sería mayor de lo que todos preveían.
El recorte total se acercaría el próximo año a los $12 billones, según el borrador de esta iniciativa, elaborado por la Dirección General del Presupuesto Público del Ministerio de Hacienda, que no obstante podría tener ajustes durante el trámite legislativo, sobre todo por cuenta de los ingresos y rentas nuevas que traiga consigo el Plan Nacional de Desarrollo (PND).
Entre tanto, el panorama resulta más gris que despejado para la mayoría de los sectores del país, siendo los más afectados los de deporte y recreación, planeación e inclusión social y reconciliación (donde están el Departamento de Prosperidad Social, el ICBF, la Unidad de Víctimas y el Centro de Memoria Histórica).
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Estas ramas tendrían recortes de 59,5%; 52,9% y 48,4%, respectivamente (ver gráficos), y en total serían 20 rubros del PGN los que recibirían asignaciones presupuestales inferiores frente a las que les están desembolsando este año, mientras que solo 11 aumentarían sus recursos.
Al que mejor le iría el próximo año sería el sector de trabajo (4,7% más), seguido del empleo público (4,4%); transporte (3,5%); comercio, industria y turismo (3,4%) e inteligencia (3,3%), aunque vale decir que estos no son los que más presupuesto recibirían en el 2020.
Como en los últimos años, el ranquin de sectores en el PGN seguiría estando liderado por educación, que recibiría $40,7 billones (aun cuando es 1,8% inferior al del 2019), y defensa con $34,1 billones (con un incremento de 2%). El tercer lugar quedaría ahora en manos de la rama de trabajo (con casi $30 billones), mientras que el cuarto pasaría a ser de salud, que tendría recursos apropiados por $29,4 billones.
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Las sorpresas del anteproyecto del Presupuesto del 2020 también revelan que todo el paquete de inversión, que este año tuvo una asignación de $46,8 billones, recibiría un golpe en esta nueva edición de las rentas y gastos del Estado, si se tiene en cuenta que en la próxima vigencia recibiría unos $17,5 billones menos.
POSIBLES AJUSTES
No obstante, el Minhacienda prevé que las cifras, en general, puedan quedar ajustadas en los próximos meses, cuando comiencen los debates de este proyecto de ley en el Congreso, sobre todo por cuenta de los compromisos que adquiera el Ejecutivo con la ley del PND 2018 - 2022.
El mismo director general de Presupuesto, Fernando Jiménez, se lo hizo saber a los presidentes de las comisiones económicas conjuntas, cuando les entregó la copia del PGN la semana pasada: “En 2020 iniciaremos la ejecución plena del PND, que constituye la carta de navegación de esta administración. Por esta razón, en la formulación del proyecto (…) se deberá tener presente esta situación y hacer los ajustes que se requieran, acordes con el contenido del Plan (…) y en el marco de las políticas de austeridad y priorización del gasto que ha promovido esta administración”, aseguró en la misiva.
Y, en efecto, el apretón del cinturón durante este Gobierno quedaría de manifiesto en el Presupuesto General de la Nación del 2020, que, de todos modos, es consistente con los techos fijados en el Marco de Gasto de Mediano Plazo y en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. De este último, no obstante, se conocerá su versión 2019 en unos meses, y podría generar un cambio de rumbo en las rentas y gastos del Estado para el próximo año.
El mismo ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, había anticipado desde el año pasado que la Administración del presidente Iván Duque se alistaba para ‘meterle tijera’ a las apropiaciones en todo el país, e incluso –en su momento– se aventuró a decir que los gastos generales tendrían un recorte de entre 7,5% y 10%.
En este caso, de avalarse el PGN como quedó en el anteproyecto, la reducción total del presupuesto de Colombia sería de 4,5%, cifra que no le implicaría al Gobierno tramitar una ley de financiamiento, como el año pasado, que, vale recordar, no le alcanzó para llenar todo el hueco que tenía el PGN del 2019.
Asimismo, dentro de los $247,1 billones que se proyectan de gasto, estarían incluidos un poco más de $54 billones que tiene que pagar el Estado el próximo año por concepto de la deuda (contando los rubros del servicio público de deuda y el pago de vigencias futuras y otras obligaciones por parte de diferentes entidades públicas).
El tire y afloje por obtener más recursos apenas comienza y se prevé que los sectores con reducciones presupuestales pongan el grito en el cielo, entre los cuales –además de los ya mencionados– también estarían los de interior, salud, exterior y el Congreso, por mencionar algunos.
Si bien el proyecto solo empezará a discutirse en el Capitolio a mediados de julio, el debate ya está para alquilar balcón.
Sebastián Londoño Vélez
En Twitter: @SLondonoV