Durante la instalación de la Convención de Seguros en Cartagena, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, retomó un tema que toca las fibras de los colombianos: el salario mínimo.
Para el ministro, el sector formal en el país contrata a un costo relativamente alto. En su declaración aseguró que dicho costo está relacionado entre el salario mínimo y el salario que ganan en promedio los trabajadores, relación que en comparación con otros países es alta.
¿Por qué expertos coinciden en que ese aspecto le resta competitividad al sector productivo nacional?
Con respecto a este tema, cifras de la Ocde y del Banco BNP Paribas han mostrado que en Colombia el salario mínimo es el 87 por ciento del salario medio, mientras que en el conjunto de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) es de 52 por ciento. En Turquía es alrededor del 75 por ciento; en Chile y Costa Rica está por debajo del 70 por ciento, y en México está entre 30 y 40 por ciento, un nivel similar al de Estados Unidos y España.
Los expertos advierten que si el salario no refleja la productividad, termina fomentando el trabajo informal. Por ejemplo, recientemente Luiz Eduardo Peixoto, economista de BNP Paribas para Latinoamérica, señaló que un alza extraordinaria al salario mínimo en el país -como la que planteó el expresidente Álvaro Uribe- podría significar un golpe para la tasa de desempleo que ya llega a dos dígitos en los principales centros urbanos. Así mismo, agregó, un salario mínimo más alto impulsaría el empleo informal, con un estimado 1,4 por ciento del PIB perdido en ingresos del Gobierno cada año.
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