Menos de una semana después del anuncio a los medios del Gobierno Nacional sobre las fechas para las subastas de energía, 12 proyectos de generación se bajarían del bus con el argumento que la manera en que está estructurado financieramente el proceso no sería rentable para el desarrollo de los mismos.
Así, las empresas que muestran una clara intención de no participar en el concurso, afirman que la decisión radicaría en que los riesgos no son proporcionales, entre los inversionistas y estado.
“Esto puede generar claramente que los proyectos no sean banqueables, dado que el sector financiero considera que son muchas las incertidumbres que existen alrededor de las mismas iniciativas”, señaló una fuente del sector consultada por Portafolio.
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Agregó que un tema espinoso es el relacionado con las conexiones de los proyectos al Sistema de Transmisión Nacional (STN), “el cual se puede convertir en un cuello de botella inmanejable y que derive en que muchos proyectos, por muy buenos que sean, no puedan entrar en operación y terminen por no ser financiables”.
Para la muestra, un botón. Una carta con fecha del pasado viernes 22 de enero que le envío la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) al representante legal del proyecto Termo Bondad, Jorge Manuel Urbano, y a la que tuvo acceso Portafolio, indica que no existen alternativas que viabilicen el transporte de energía desde este proyecto.
“Es claro que el presente proyecto no cuenta con concepto de conexión. De ser necesario desarrollar expansión para su conexión (activos de uso), la misma debe ser evaluada y en ningún caso alcanzaría entrar en servicio antes del 2023”, señala la misiva.
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Riesgos asociados
La principal razón por la que las empresas no entrarían a la subasta tiene que ver con el tema del capital de riesgo, y que la entidad financiera entre con la diferencia para el montaje y operación, con la deuda a cuestas.
Sin embargo, el banco para hacer el desembolso de los recursos, necesita como garantía que la operación este blindada ante los riesgos, y que la obligación sea atendida de forma cumplida.
La fuente consultada explicó que tal como esta concebida la subasta para los contratos a largo plazo en lo relacionado con garantías, presenta un vacío en cuanto a los riesgos y los proyectos a desarrollar.
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Y fue más allá y precisó que se generaría un desequilibrio en la distribución del riesgo, lo que conllevaría a que un comercializador posea cubrimientos de riesgo, que elevarían las tarifas. A esta explicación se suma, que no hay una certeza de cuantos megavatios (Mw) entrarán al final de la subasta.
Al indagar sobre este último tema con Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), explicó que “al entrar al proceso de subasta se deben tener en cuenta tres tipos de ingresos, lo que haya en bolsa, contratos y lo que se recibe en el cargo por confiabilidad. Y si se tiene la expectativa que van a entrar entre 1.500 Mw a 2.000 Mw, o más en renovables, y lo que entregaría la Central Hidroeléctrica de Ituango (Hidroituango), un proyecto llega a la conclusión que no lograría vender la energía con contratos, ni en bolsa”.
LOS TIEMPOS NO DAN
Uno de los proyectos que decidió no entrar en la subasta de contratos a largo plazo es la Central Hidroeléctrica de Porvenir, proyecto que desarrolla Celsia, empresa filial del Grupo Argos.
Al indagar con expertos del sector sobre el caso del proyecto Porvenir explicaron que una de las razones por la cual no participaría en el proceso competitivo es que los tiempos están muy justos para su desarrollo.
“Una infraestructura de las características de Porvenir demora en su construcción entre cinco a seis años, y si participa en la subasta, debe entra en operación en menos de cuatro años”, explicó uno de los expertos.
Esta afirmación fue confirmada por uno de los voceros de Celsia, quien reiteró a Portafolio que “el proyecto no se presentó porque no da el tiempo de montaje versus las fechas en que deben entrar los proyectos postulados en esta subasta”.
EXISTEN LAS GARANTÍAS FINANCIERAS
Al explicar la situación, el viceministro de Energía, Diego Mesa, indicó que el 31 de enero manifestaron interés en participar en la subasta 22 proyectos de generación de diferentes tecnologías, tamaños y ubicados en diferentes regiones del país. “Hay proyectos tanto de empresas existentes como nuevas, nacionales y extranjeras. Esto demuestra, que la subasta es viable y competitiva desde el punto de vista financiero”, subrayó el funcionario.
Y dejó en claro que “es importante tener en cuenta que se amplió el plazo de 10 a 12 años, se quitó la obligación de energía mínima horaria, y se incluyeron y mejoraron otros parámetros como por ejemplo el step-in y la posibilidad de participación con promesa de sociedad futura para hacer más banqueables los proyectos. Además, las garantías de seriedad se pueden poner en dólares para habilitar bancos extranjeros”.
Alfonso López Suárez
Redacción Portafolio