Las elecciones están a la vuelta de la esquina, y este domingo se conocerá al nuevo inquilino de la Casa de Nariño. Si bien la campaña electoral está por culminar, son varios los sectores que aún buscan cómo aportar a la discusión.
(Lea: Petro vs. Hernández: sus propuestas más importantes para cada sector).
Desde la Universidad Eafit, el decano de la Escuela de Finanzas, Economía, y Gobierno, César Tamayo, conversó con Portafolio sobre las principales necesidades que tiene el país y cómo el futuro presidente tiene la posibilidad de apoyarse en insumos y sugerencias que ya están sobre la mesa, y que se originan en la academia.
¿Cómo ve la situación económica que enfrentaría el próximo presidente?
Lo que podríamos llamar en líneas generales la economía, en realidad tiene mucho que ver con la situación actual de los colombianos en términos de bienestar. Es algo que debe estar en el centro de las campañas y lo estuvo por un buen tiempo, pero recientemente ha ido perdiendo fuerza en la medida en que quedaron dos candidatos que parecen más enfrascados en discusiones que no tienen que ver con cómo mejorar esas condiciones de vida.
Y eso debe seguir en el centro de las preocupaciones de quienes están pensando ser el presidente de Colombia. Uno de los dos va a ser el próximo presidente, y sea quien sea debe tomarse muy en serio los retos tan grandes que va a heredar en términos de bienestar y estándar de vida de los colombianos.
¿Qué tan sólidas ve las propuestas económicas de las dos partes?
En una de las campañas, la de Rodolfo Hernández, todavía no vemos todas sus propuestas en detalle en materia económica, de manera que es difícil medirla a la luz de los retos que tiene la economía y la sociedad y los retos que tiene el país. Del otro lado, la campaña de Gustavo Petro sí tiene un compendio de ideas y sugerencias que se podrían llamar ideas concretas en el plano económico y social, pero no parecieran coincidir con los retos más apremiantes y necesidades del país.
Por poner un ejemplo, enfrascarse en la necesidad de volver a un sistema de salud centralizado y público, cuando quizás esta sea de las menores preocupaciones de todas las que tenemos; las pensiones es un problema sin duda, pero de ahí a que sea el tema más urgente que tiene hoy Colombia, no lo creo. O que se ha puesto en el centro de debate mayor protección arancelaria, y esa tampoco parece una necesidad para el país.
¿Cuáles son esos retos?
El reto más grande que tiene el país es el incremento que sufrimos en la pobreza con ocasión de la pandemia, que si bien cedió un poco en 2021, a 39,3%, seguimos casi 4 puntos porcentuales por encima de la incidencia prepandemia. Si miramos de donde viene ese incremento es especialmente de la pérdida de ingresos laborales. Tenemos un desempleo con una tasa estructuralmente alta y una alta informalidad.
Es urgente atender esto, y buscar formas para generar más empleo productivo, que sea sostenible, y ese es el empleo que se genera en las empresas, que es difícil de financiar y sostener.
El segundo reto es hacer esto en una situación fiscal compleja, pues el gobierno tuvo que destinar una cantidad alta de recursos para atender a la población que más sufrió por causa de la pandemia. Un tercer reto es que esto está ocurriendo en un entorno de inflación alta, lo que ha implicado una política monetaria más austera que tendrá impactos sobre los créditos y la demanda; y un cuarto punto sería que, también producto de la pandemia, tenemos toda una generación de niños con retrasos en sus procesos de aprendizaje que hay que atender con urgencia, o se perpetuarán brechas que ya son profundas.
Desde la academia se han hecho muchos análisis de reformas estructurales, ¿qué tanta acogida han tenido en los candidatos?
Es un muy buen punto. Las universidades les hemos estado diciendo, quizás desde el año pasado, al Gobierno actual y a los candidatos que nos permitan trabajar con ellos y a ayudarles a construir sus planes y programas. Y no solo la academia, hay otros esfuerzos como las misiones de estudio y diagnóstico, se han hecho varias; como la de internacionalización; la de empleo… Hemos intentando de todas las formas posibles llegar al Gobierno y a las campañas y para generar un diálogo social.
Hacemos un llamado a las dos campañas a abrir sus puertas y programas a las sugerencias que desde la academia tenemos y podemos hacer, pues llevamos muchos años estudiando estos temas, y que hagan parte de sus programas recomendaciones que ya están sobre la mesa. No hay que ponerse a inventar cosas nuevas, hay trabajos juiciosos y detallados, como la misión de empleo, y por ejemplo sería muy triste echar eso en saco roto.
¿Cómo podría el nuevo gobierno impulsar más su productividad?
Colombia podría agruparse en tres grandes grupos: una Colombia algo más moderna, una Colombia en transición y una Colombia más rezagada, con diferencias muy grandes no solo en ingresos e indicadores, sino en todos los frentes de capacidad de los gobiernos y en la prestación de bienes y servicios.
(Además: ¿Qué tan acertadas son las encuestas?: esto proyectaban hace 4 años).
En las zonas rurales donde hay más incidencia de cultivos ilícitos y violencia es donde mayor rezago encontramos, hay que pensar en un desarrollo rural alternativo o regular la cadena de producción de algunas de estas sustancias. También tenemos unos planes de desarrollo territoriales que están avanzando, los Pdet, y deberíamos ser más creativos para contribuir a financiarlos, con temas como obras por impuestos.
LAURA LUCÍA BECERRA ELEJALDE