Si alguien abrigaba alguna esperanza que la llegada al primer mes de paro nacional generaría un mejor ambiente para las negociaciones, la jornada de este viernes regresó a niveles de violencia que no se habían registrado en varios días. Las protestas en el Valle del Cauca tuvieron un trágico saldo de cuatro muertes y se presentaron graves desórdenes en varias ciudades del país, incluida Bogotá.
(Lea: El pulso de la crisis / Opinión de Francisco Miranda Hamburger).
El día arrancó con el anuncio de un acuerdo entre el Gobierno y el Comité del Paro que desbloquearía el puerto de Buenaventura. Pero, horas después, tras fuertes críticas del expresidente Álvaro Uribe y del exvicepresidente Germán Vargas, el ministro del Interior, Daniel Palacios, desautorizó uno de los puntos de ese documento que se refería a la potencial inspección de la carga saliente por los impulsores de las marchas.
(Vea: Un mes de paro / Opinión de Francisco Miranda Hamburger).
De hecho, en horas de la tarde, el Comité del paro emitió un comunicado en el que afirmaba que los “cortes temporales e intermitentes de vías, mal llamados bloqueos, hacen parte de las posibilidades legítimas para el ejercicio de las protestas”. Los promotores insistieron en “corredores humanitarios” de abastecimiento. A esto respondió el Consejo Gremial con insistencia en el levantamiento de estos bloqueos para evitar el colapso de la economía, la destrucción de empleos y el cierre de las empresas.
(Lea: Huecos en los buses / Opinión de Francisco Miranda Hamburger).
Cada vez más estos cierres ilegales de las carreteras se convierten no solo en chantaje sobre los ciudadanos y el aparato productivo, sino también en un factor de degradación y deslegitimación de esta expresión de descontento social.
Tras más de un mes de paro, casi 50 fallecidos y más de 10 billones de pesos en pérdidas económicas, los tiempos de las negociaciones entre el Gobierno Nacional y el Comité del Paro deben acelerarse. Crece el sentido de urgencia para encontrar una ruta de salida para la crisis política, el estallido social y la parálisis económica del último mes en Colombia.
(Vea: El futuro de las ayudas / Opinión de Francisco Miranda Hamburger).
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
Director de Portafolio
En Twitter: @pachomiranda