El internet ha sabido ocupar un lugar privilegiado en nuestra cotidianidad, a tal punto que es cada vez más relevante para trabajar, estudiar, hacer transacciones e incluso para comunicarnos, pero se ha preguntado cómo los operadores de telecomunicaciones logran conectarse a la red y llevar internet a cada uno de los hogares.
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Aunque no sean visibles, los cables submarinos son claves en este proceso y en el paso de la información desde el siglo XIX. Se estima que el 90% del tráfico de internet circula a través de estos, funcionando como grandes autopistas que llevan y traen volúmenes de datos.
De acuerdo con información de TeleGeography, a comienzos de este año se tenían registrados 552 cables submarinos de fibra óptica, entre activos y los proyectados, en todo el mundo, y casi 1,4 millones de kilómetros de cables.
Y si bien esta red inició con un cable submarino telegráfico en 1850, según los registros del sector, el avance que se ha dado en las últimas décadas ha sido gigante gracias a la fibra óptica.
Ahora bien, en el plano local la radiografía nos evidencia, según el gráfico interactivo de TeleGeography (Submarine Cable Map), que Colombia cuenta con 9 puntos de aterrizajes (landing point) ubicados en Buenaventura, Tolú, Cartagena, Puerto Colombia, Barranquilla, Parque Isla Salamanca, Santa Marta, San Andrés y Riohacha. En total serían 10 los cables que tienen entrada al país (con 17 diferentes puntos de entrada) y dos cables que estarían proyectados para el 2025.
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Del lado de los operadores de estos cables aparecen: América Móvil (Claro) que cuenta con un cable submarino que entra por Barranquilla, Cartagena y San Andrés.
En segundo lugar, la compañía C&W Networks cuenta con la red Arcos desde 2001, la cual tiene dos puntos de entrada a Colombia: Cartagena y Riohacha. En tercera posición está la empresa poseedora del cable ‘Colombia- Florida Subsea Fiber’ (CFX1) con un punto de aterrizaje en Cartagena.
Desde 1997, el país cuenta con el cable ‘Colombia Festoon’, el cual llega a Cartagena, Parque Isla, Puerto Colombia y Tolú. En total, este cable tiene un total de 400 kilómetros.
En el quinto lugar está la compañía Globe Net que cuenta con un punto de aterrizaje en Barranquilla, mientras que el conglomerado Maya 1 tiene un cable que llega a Tolú.
En la sexta posición está el cable ‘Pacific Caribbean Cable System’ (PCCS), de C&W Networks, Setar, Telconet, Telxius, United Telecommunication Services (UTS) que llega a Cartagena. Otro de los cables submarinos que aparecen en este panorama es la red que conecta San Andrés con Tolú. Este cable llamado ‘Sait’ tiene 826 kilómetros.
La empresa Telxius posee el cable ‘South America-1’ (SAm-1), el cual tiene una entrada al país por Barranquilla.
Por su parte, la compañía Cirion Technologies cuenta con el cable submarino ‘South American Crossing’ (SAC) el cual llega al pacífico colombiano, más exactamente al punto de Buenaventura.
Entre los proyectos programados se destaca el cable submarino ‘Caribbean Express’ (CX) y el cable ‘Carnival Submarine Network-‘1 (CSN-1) que tendrán un punto de entrada en Barranquilla.
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Para Alejandro Arroyave, gerente de negocio en Cirion, se estima que entre 2022 y 2024 se invertirán al menos US$10 mil millones en el sector de cables submarinos en el mundo, impulsado, principalmente por la demanda creciente de proveedores de servicios en nube y las grandes empresas que proveen contenido por streaming.
“Probablemente se esté preguntando si son a prueba de tiburones y demás peligros de las profundidades marinas. Sí, son muy resistentes. Entre 2007 y 2014, por ejemplo, no se registraron fallas a causa de estos animales, sin embargo, la pesca y el fondeo son los principales causantes de defectos en estos equipos, además de los terremotos”, comentó Arroyave.
Asimismo, destacó el experto que al llegar los cables a los distintos puntos, que regeneran la señal óptica, esta es separada en canales y luego es distribuida a los consumidores finales.
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Con un inversión de 15 millones de dólares y una extensión de 727 kilómetros, Claro Colombia anunció a finales de 2021 la conexión a fibra óptica en la isla de San Andrés, a través de su cable submarino AMX-1.
De acuerdo con Nestor Bergero, director de Tecnología de Claro Colombia, esta inversión que ha venido realizando la empresa busca afianzar la conectividad, no solo en el país, sino también en toda la región.
“Esta es una de las grandes apuestas de la compañía con el fin de conectar a más territorios. Los cables van en el lecho del mar con una capacidad que va creciendo. Estos cables van bien protegidos y tienen a su vez una iluminación eléctrica y repetidores con el fin de darle continuidad. Uno de nuestros cables tiene un punto de amarre en Costa Rica y tiene una derivación en San Andrés, que es una de las últimas obras que se añadieron. Es de destacar que en Claro venimos empleando desde hace varios años la red de cables”, dijo Bergero.
JOHANA LORDUY
Periodista de Portafolio