"No puedo entender que nos acusen si no tienen evidencias técnicas", lamenta Zhou Yue, un ingeniero de Huawei, la empresa líder en fabricación de equipos de redes de telecomunicaciones, a la que algunos gobiernos podrían vetar para el despliegue del 5G, por temer que sea títere de Pekín.
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La declaración se produce meses después de haber ejercido presión la Administración de Trump sobre todos los países del mundo para que no utilicen los equipos y tecnología de Huawei en el desarrollo de redes 5G de próxima generación, asegurando que los productos de la empresa china representan un riesgo para la seguridad y que la compañía tiene vínculos muy estrechos con el gobierno chino.
Zhou, ingeniero sénior para investigación en sistemas de seguridad, explica a un grupo de periodistas foráneos cómo funciona el laboratorio de ciberseguridad, en el que trabajan más de 1.500 expertos; creado en 2008 y que opera desde 2013 de forma "completamente independiente" a las líneas de producción de Huawei.
Durante la visita al laboratorio, en Dongguan (sur de China), Zhou contesta a cuestiones técnicas y se inquieta al ser preguntado por su opinión sobre los recelos de Estados Unidos, Australia o Japón a las redes 5G de Huawei, como posible periscopio para eventuales espionajes del Gobierno chino en el futuro.
Su respuesta, no obstante, apenas difiere de las que dan desde hace meses los directivos de la compañía: "Que un producto sea o no seguro tiene que basarse en estándares y no en especulaciones".
Asegura también que Huawei es la empresa que más propuestas de certificación realiza a los organismos de estandarización internacionales.