Plomeros, enfermeras, conductores de trenes, personal para residencias de ancianos y técnicos especializados en mecánica: estas son algunas de las profesiones que pueden ejercer los inmigrantes no europeos que lo deseen.
Berlín, que el año pasado facilitó el permiso de residencia a profesionales altamente cualificados, quiere ahora hacer otro tanto con especialistas de grado medio. La única condición es que los extranjeros presenten un diploma que avale su formación.
Hasta ahora, Alemania negociaba acuerdos bilaterales con las agencias de empleo cuando necesitaba algún tipo de personal, precisó un portavoz del ministerio de Economía. Era el caso del personal sanitario procedente de Filipinas y Croacia, dijo. "Es una pequeña revolución, ya que por primera vez Alemania se abre realmente al personal de cualificación media", declaró a la AFP Thomas Liebig, economista de la OCDE.
Según un estudio de esta organización presentado en febrero, "Alemania era uno de los países de la OCDE con menos barreras a la inmigración de trabajadores altamente cualificados", pero la de trabajadores sin diploma universitario era "difícil".
En particular, señaló entonces la OCDE, Alemania recibía cada año a unos 25.000 trabajadores procedentes de países de fuera de la UE y de fuera de la Asociación Europea de Libre Comercio, lo que representaba alrededor del 0,02% de la población. Las cifras de Australia, Dinamarca, Canadá y Reino Unido son cinco veces mayores.
EL PAÍS MÁS ENVEJECIDO DE EUROPA
Alemania, donde el 42% de la población tiene más 50 años y la tasa de natalidad es muy baja, se está dando cuenta de la emergencia de la situación. Aunque las personas mayores pueden trabajar más tiempo, Alemania acepta ahora la inmigración como una de las soluciones para sus problemas demográficos.
El país está lejos del famoso y polémico eslogan electoral de uno de los caciques del Partido Cristiano Demócrata, Jürgen Rüttgers, que en 2000 decía que era preferible que los alemanes tuvieran más niños a que contrataran a informáticos indios. Alemania abre ahora los brazos no solo a los trabajadores de los países europeos en crisis o de Europa oriental.
En una página web titulada ‘Make it in Germany’, los ministerios de Economía y Trabajo, así como la Agencia de Empleo, informan en inglés y en alemán de las ofertas laborales, con una foto de una africana o un asiático. "El verano pasado, Alemania decidió autorizar a quedarse después de su formación a los jóvenes de fuera de la UE que vinieron a estudiar al país", dice Liebig.
Las pymes, espina dorsal de la economía alemana, son las que más problemas de mano de obra tienen, como muestra la lista de trabajos publicada el lunes, donde se precisa la falta de personal especializado en electrónica. El alemán sigue siendo, no obstante, un obstáculo, ya que la mayoría de los candidatos a la inmigración no lo hablan cuando llegan al país.
Según Karl Brenke, economista del instituto berlinés DIW, esta política de apertura esconde en realidad una nueva presión sobre los salarios. "No hay falta de mano de obra en Alemania", dijo a la AFP, y pone el ejemplo del "personal médico alemán, que prefiere trabajar en Escandinavia o en Suiza, donde los salarios y las condiciones de trabajo son mejores". "Este llamamiento a la inmigración es una forma de recortar los salarios", asegura.
AFP