Aunque se preveía que este 2019 se iban a empezar a ver las primeras luces para la economía de Argentina, lo cierto es que el país presidido por Mauricio Macri no acaba de ver clara la salida de la fuerte crisis económica que golpeó el país durante el año pasado.
Aunque para algunos las últimas cifras económicas muestran ciertos síntomas de mejoría, la permanencia en la recesión, la débil industria y la subida de tipos del Emisor para frenar la devaluación, siguen siendo algunos ejemplos de las dificultades que atraviesa.
En el último informe publicado sobre el tema, la Ocde aseguró que la recesión se mantendría este año, con una caída de 1,5% en su PIB. Esta previsión se suma a la que emitió el FMI sobre el país, que prevé que su economía caiga un 1,6% este año. Eso sí, espera que en el 2020 vuelva a presentar datos positivos.
“En 2020, el cambio del peso debería continuar a impulsar las exportaciones, como también la producción agrícola, y Argentina debería progresar un 2,3%”, aseguró la Ocde.
“En el 2018 la economía de Argentina cayó un 2,6% aproximadamente en el promedio anual, pero como estuvo presentando todo el año una recesión, en la punta de diciembre el descenso interanual fue de casi 7%, lo que muestra un desplome en la actividad muy fuerte”, explica Ramiro Castiñeira, director de la firma Econométrica.
Pero no solo el dato del PIB le está pesando aún a las finanzas públicas. De acuerdo con las últimas cifras, la actividad industrial en el país registró en enero un desplome del 10,8% respecto al mismo mes de 2018, lo que supone la novena vez consecutiva que ese dato ofrece una pérdida de forma interanual.
También, al revisar el dato interanual, la actividad de la construcción en Argentina registró una caída interanual del 15,7% en enero, otro indicador importante del freno en el desempeño económico.
Eso sí, vale la pena resaltar que, de forma desestacionalizada, las cifras de enero suponen una pequeña mejora respecto al comportamiento de meses anteriores. “Hay indicios de que se empieza a frenar la caída. Además, se espera que la cosecha sea buena, por lo que eso, junto con el acuerdo con el FMI, pueden ayudar a estabilizar la situación”, apunta Castiñeira.
Sin embargo, según el experto, los problemas seguirán por bastante tiempo, pues “el despilfarro del Gobierno anterior dejó un déficit fiscal de 7% del PIB. La administración de Macri trató de reducirlo, pero no lo logró”, resalta.
Los analistas consultados por el banco central del país pronostican una inflación para este año que esté en torno a 31,9%, la cual bajaría hasta 20,3% en el próximo ejercicio.
En cuanto al riesgo país, este indicador llegó la semana pasada a rozar los 800 puntos básicos, mientras que todavía no logró una estabilizad real en el tipo de cambio con el dólar estadounidense. De hecho, el Emisor del país completó ocho jornadas elevando los tipos de interés, hasta el 62,1%, tratando de frenar la depreciación.