En medio de una inflación desenfrenada y unas perspectivas económicas sombrías, Argentina entra en la recta final de cara a las elecciones presidenciales del próximo domingo.
Serán los primeros comicios, desde el 2003, en que un Kirchner no está postulado al primer cargo de la nación sureña, de 41,3 millones de habitantes.
Los analistas sostienen que aunque la mandataria Cristina Fernández (quien sucedió en el cargo a su esposo, el fallecido Néstor Kirchner) no busca cargos de poder, podría intentar mover, desde la trastienda, las riendas del Gobierno y perpetuar el legado del kirchnerismo.
Por eso, se la ha visto haciendo campaña para el candidato oficialista Daniel Scioli, exgobernador de la provincia de Buenos Aires.
Esa aspiración se enfrenta al descontento de los argentinos, que han visto cómo en los últimos tres años la inflación oficial superó el 23 % anual, mientras que los organismos privados la ubicaron en un 30 % o más.
En lo que va del 2015, el Ministerio de Economía estimó que el costo de vida cerrará en 14,5 %, no obstante que los analistas económicos pronostican que rozará el 25 %.
La escalada de precios en los productos de consumo masivo rememora viejos y tristes recuerdos de los años 70, cuando la hiperinflación se remontó hasta 100 % en un solo día; y en 1989, durante el mandato de Raúl Alfonsín (1983-89), cuando los salarios fueron devorados por el récord de 1.923 % de inflación anual.
crisis y kirchnerismo
Los años del gobierno de los Kirchner han estado marcados por fuertes controles económicos, subsidios y un déficit fiscal creciente que podría alcanzar este año 388.000 millones de pesos argentinos (unos 40.824 millones de dólares, según el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).
“La crisis económica puede llevar al kirchnerismo a perder el poder”, coinciden algunos analistas. Sin embargo, eso está por verse; las encuestas recientes le atribuyen el 39,9 % de las preferencias al oficialista Scioli, frente a su más cercano contendor, el empresario Mauricio Macri, quien apenas supera el 26,8 %; y el izquierdista Sergio Massa, con 23,9 %.
El gobierno de Kirchner “impulsó políticas de consumo, subida de jubilaciones, paritarias (ajustes salariales por ley), subsidios para contribuir a crear ese clima de bienestar que dé votos al oficialismo”, remarcó Juan Pablo Paladini, jefe de investigaciones de la consultora económica Ecolatina, reseñó AFP.
Lo que se da por descontado es que, sea cual fuere el próximo presidente argentino, deberá realizar cambios en el rumbo de la economía, agotada por el estancamiento, con un déficit fiscal que ronda el 6 % del PIB y muy pocas inversiones.
Según Paladini, “remediar la inflación tiene costos de corto plazo” que ningún candidato está dispuesto a pagar.
“Si bien tener un 25 % o 30 % de inflación es grave, el electorado piensa que mientras los salarios suban en igual medida, todo estará bien”, dijo.
Lo que sí pude mover al electorado es el valor de la moneda, sobrevaluada a 9,49 pesos por dólar, mientras que en el mercado paralelo se cotiza a casi 16 pesos por divisa. Según Paladini, “los argentinos hemos desarrollado una tolerancia innata a la inflación, pero el dólar es otra cosa”.
SCIOLI, DE CAMPEÓN NÁUTICO A POLÍTICO
El candidato oficialista, Daniel Osvaldo Scioli, de 58 años, es un político, moto-nauta, licenciado en comercialización y empresario argentino. Fue gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Por las décadas de 1980 y 1990, se lo reconocía más por ser deportista náutico de fama internacional. Tras haber sido ocho veces campeón mundial y retirarse de la motonáutica, Scioli incursionó en la política de la mano del Partido Justicialista, del que fue diputado nacional, y luego secretario de Deportes y secretario de Turismo de la Nación.
Fue vicepresidente en el gobierno de Néstor Kirchner en el 2007, y luego gobernador. Fue reelegido en el 2011. Renunció al cargo, anticipadamente, para lanzarse a la presidencia, bajo la tutela de la presidenta Cristina Fernández.
MACRI, EL FAVORITO DE LOS EMPRESARIOS
Definido dentro de la corriente de centro-derecha, Mauricio Macri, de 56 años, es ingeniero, hijo del empresario Franco Macri, que pasó del mundo de los negocios a la política, sin mucho aspaviento.
Sufrió un secuestro en 1992 por delincuentes comunes. Macri se convirtió en presidente de Boca Juniors en 1995 y fue reelegido en dos oportunidades más, en 1999 y en el 2003. Durante su gestión, el club consiguió varios títulos. Luego de haber sido diputado nacional (tarea simultánea con su presidencia en Boca), llegó a la jefatura de Gobierno porteña en el 2007, donde luego fue ree-legido en el 2011.
Es el candidato preferido del gremio empresarial, que lo ve como progresista y con la formación para cambiar las políticas de controles y costosos subsidios.
María Victoria Cristancho
@mavicristancho