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Internacional

27 sept 2019 - 7:30 p. m.

Brasil intenta renovar su imagen tras incendios en la Amazonia

La campaña para promover las credenciales ecológicas del país podría verse socavada por los enfrentamientos de Jair Bolsonaro con Europa.

Amazonas

Alrededor del 15 % de toda la producción agropecuaria está concentrada en la Amazonía brasileña

Reuters

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Después de un mes de polémica sobre el manejo de los incendios que han devastado la selva amazónica, el gobierno derechista de Brasil está intentando renovar su imagen internacional en el marco de la Asamblea General de la ONU que ha tenido lugar esta semana en Nueva York.

(Lea: Así estabiliza la Amazonía el clima mundial)

La campaña, ‘Brasil por Brasil’, de la agencia Calia Y2 Propaganda e Marketing, se lanzó el pasado viernes, poco antes del inicio de la cita de líderes internacionales.

(Lea: Para Bolsonaro, la Amazonía no es el pulmón del mundo)

Tiene ecos nacionalistas y está orientada a los públicos estadounidenses y europeos mediante mensajes en la televisión y los periódicos en los que se promueven las regulaciones ambientales de Brasil y el papel de su agroindustria en la alimentación de una gran parte de la población mundial.

Brasil ha tenido algunas de las regulaciones ambientales más estrictas del mundo durante décadas, y muchos grandes agricultores utilizan prácticas sostenibles para reducir la degradación ambiental.

Sin embargo, gran parte de la polémica sobre la Amazonia ha sido provocada por el estilo belicoso del líder de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ha desarrollado una relación con algunos presidentes europeos que se ha visto exacerbada por la indignación por los incendios y la creciente deforestación.

Bolsonaro, quien inauguró la Asamblea General de la ONU de este año, reafirmó en su discurso la defensa de la soberanía de Brasil, e incluso aseguró que es “una falacia” decir que el Amazonas es patrimonio internacional, pues no le pertenece al resto del mundo, y rechazó la noción de que “Brasil no cuida la Amazonia ni cuida el medio ambiente”.

Pero el importante sector agrícola de Brasil teme que surgirán nuevos boicots de productos brasileños por parte de productores occidentales preocupados por la destrucción de la selva tropical más grande del mundo. A principios de este mes, H&M, la segunda compañía minorista de moda más grande del mundo, dejó de comprar cuero de la nación latinoamericana alegando preocupaciones por el medioambiente.

La decisión se produce tras medidas similares por parte de las marcas de calzado Vans y Timberland, así como del grupo de ropa deportiva The North Face.

“Estamos perdiendo la guerra de la información ante organizaciones que están interesadas en dañarnos”, apuntó Soraya Thronicke, una senadora del partido conservador PSL de Bolsonaro.

Después de culpar inicialmente a organizaciones sin fines de lucro por los incendios, Bolsonaro acusó a varias naciones europeas de infringir la soberanía de Brasil al cuestionar su protección de la Amazonia. “La retórica del Presidente no ayuda en lo absoluto. De hecho, es un obstáculo, pero los líderes europeos están utilizando a Brasil para beneficio político propio en sus países”, dijo un alto funcionario del gobierno de Bolsonaro.

La confrontación más conocida del presidente brasileño sobre este tema ha sido con su homólogo francés, Emmanuel Macron. En la reunión del G7 el mes pasado, Macron ofreció un paquete de ayuda de US$20 millones de las naciones del G7 para extinguir los incendios y luego reforestar y proteger la selva tropical.

Bolsonaro criticó la oferta y dijo que las naciones del G7 estaban tratando a Brasil como una “colonia”. Luego las cosas se volvieron personales cuando Bolsonaro repitió insultos dirigidos a la esposa de Macron en Facebook. “Ese no es el comportamiento adecuado de un presidente”, respondió el líder francés.

Macron también ha amenazado con no ratificar uno de los mayores acuerdos comerciales del mundo, el cual se acordó recientemente entre países europeos y el bloque de países sudamericanos conocido como Mercosur, cuyo miembro más importante es Brasil.

De hecho, el miércoles pasado un comité del parlamento de Austria rechazó el acuerdo debido a las preocupaciones sobre los incendios en la Amazonia, una decisión que es vinculante para el Gobierno.

“En América del Sur se quema la selva tropical para crear tierras de pastoreo y luego exportar carne de res con descuento a Europa”, aseguró Elisabeth Köstinger, exministra de agricultura del conservador Partido Popular Austríaco. “La UE no debe recompensar eso con un acuerdo comercial”.

“El Mercosur definitivamente no era popular y el hecho de que Jair Bolsonaro lo está promoviendo lo ha vuelto aún más impopular que antes”, explicó François Heisbourg de la Fondation pour la Récherche Stratégique, un grupo de expertos con sede en París.

El presidente francés conoce muy bien la amenaza que representan los partidos ecologistas para su propio futuro político, mientras que el Mercosur y la UE también enfurecieron al poderoso grupo de presión del sector agrícola francés, añadió Heisbourg.

Para Macron, a nivel nacional, enfrentarse a Bolsonaro “era algo obvio, y no sólo porque todo el mundo quiere a los árboles”, sino con el propósito de mejorar sus posibilidades de cara a las elecciones presidenciales de 2022.

Oliver Stuenkel, profesor de relaciones internacionales de la Fundación Getúlio Vargas en São Paulo, aseguró que la guerra de palabras resultó positiva para ambos líderes. “Macron pudo ganarse el apoyo de agricultores y ambientalistas y mostrar liderazgo en esta área. A Bolsonaro también le fue muy bien. Las acciones de Macron demostraron su argumento de que Brasil está bajo un ataque internacional, y es por eso que debe defender la soberanía amazónica”, dijo.

Sin embargo, la campaña para mejorar la imagen de Brasil en el extranjero probablemente se vea frustrada por la retórica de la propia administración del país. Sin ir más lejos, la semana pasada, Ernesto Araújo, ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, sorprendió a muchos cuando le dijo a una audiencia en Washington DC que el objetivo del “climatismo” era acabar con el “debate democrático normal”.

“Monitorearemos las noticias negativas sobre Brasil en todo el mundo”, explicó Glen Valente, secretario de publicidad del gobierno, antes del lanzamiento de la campaña. “Las combatiremos directamente”.


Bryan Harris, Andres Schipani y David Keohane

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