China y Japón acordaron el viernes trabajar para mejorar sus relaciones y mostraron voluntad para superar un conflicto diplomático por unas islas en disputa, allanando el camino para que sus líderes se reúnan en una cumbre de Asia-Pacífico la semana próxima. El acuerdo, alcanzado antes de un esperado diálogo entre el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y su par chino, Xi Jinping, en un encuentro en Pekín, señala una distensión entre la segunda y la tercera mayor economía del mundo. Las relaciones entre ambas potencias han sido difíciles en los últimos dos años debido a la disputa territorial, la rivalidad regional y un amargo legado de la ocupación japonesa de China durante la Segunda Guerra Mundial. "Ambas partes han acordado reanudar gradualmente el diálogo político, diplomático y de seguridad a través de diferentes canales multilaterales y bilaterales y hacer esfuerzos por construir la confianza política mutua", indicaron los dos países en comunicados emitidos simultáneamente.
Las declaraciones se dieron luego de una reunión entre el máximo diplomático chino, Yang Jiechi, y el asesor de seguridad nacional de Abe, Shotaro Yachi.
Los comunicados indicaron que China y Japón también "reconocieron que existen posiciones diferentes entre ellos" sobre las tensiones por las islas en el Mar de China Meridional y acordaron establecer un mecanismo de manejo de crisis para evitar "contingencias". Abe, quien no se ha reunido con Xi excepto para estrechar su mano desde que asumió en diciembre de 2012, ha hecho llamados para concretar una reunión bilateral en la cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico del 10 y 11 de noviembre (APEC), aunque ha insistido en que no se han establecido condiciones para el diálogo. Más tarde, Abe dijo en un programa de televisión que "tanto Japón como China comparten la visión de que sería beneficioso no sólo para ambos países sino también para la estabilidad regional que se realizara una cumbre".
China ha estado buscando garantías de que Abe no volverá a visitar el santuario Yasukuni, un lugar ubicado en Tokio que honra a los muertos durante la guerra, tal como hizo en diciembre de 2013.
Sin embargo, una promesa de ese tipo será difícil de conseguir de parte del conservador Abe. Pekín también ha demandado que Japón reconozca la existencia de una disputa territorial formal sobre las diminutas islas, que son controladas por Japón pero también son reclamadas por Pekín. Las deshabitadas islas son conocidas como Diaoyu por China y como Senkaku por Japón.