Los responsables europeos en Washington, donde el Fondo cerró su asamblea bianual, se esforzaron por descartar la posibilidad de una suspensión de pagos de Grecia, que se rumora con insistencia en los mercados, y pidieron paciencia a sus socios del G20 (países ricos y emergentes).
"Los problemas soberanos y bancarios en Europa son actualmente el riesgo más serio que enfrenta la economía mundial", dijo el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, ante el Comité Financiero y Monetario del FMI.
Aunque los compromisos asumidos por las naciones miembros de la Eurozona en los pasados 18 meses han sido "impresionantes", se debe hacer más, afirmó. "La crisis de la deuda soberana en la zona euro debe ser resuelta prontamente para estabilizar la confianza de los mercados", afirmó por su parte el presidente del banco central chino, Zhu Xiaochuan.
Los rumores de una próxima nueva intervención del Banco Central Europeo (BCE) para dar liquidez a los bancos de la zona ayudaron el viernes a cerrar los mercados con ligeras alzas, tras una semana aciaga.
El precio del petróleo y de algunas materias primas empieza a bajar de forma acentuada, lo que también suscita inquietud de algunos países emergentes exportadores. "Los países avanzados ya no pueden manejar por sí solos los riesgos a la estabilidad (económica) mundial", dijo el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega. "Es responsabilidad de los funcionarios europeos asegurarse de que sus acciones frenen el contagio más allá de la periferia del euro", exigió.
Los miembros de la zona monetaria europea acordaron el 21 de julio pasado una nueva ayuda para Grecia y una ampliación de su Fondo de Estabilización (Fesf), que aún debe ser aprobado por la mayoría de los parlamentos respectivos.
"Confiamos en que todos los Estados miembros de la zona euro ratificarán el acuerdo" a mediados de octubre, declaró el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Olli Rehn.
La idea de países emergentes de prestar ayuda a la zona euro, a través del Fesf, fue descartada por la ministra española de Economía, Elena Salgado. Alemania, de su lado, apoyaría que se acelerara la puesta en marcha de un fondo permanente de estabilización, que sustituiría al actual Fesf, antes de la fecha prevista en 2013, dijo su ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble.
Pero el sector privado tiene que contribuir decisivamente, advirtió. "Sin una contribución sustancial de las instituciones financieras, la legitimidad de nuestros sistemas capitalistas occidentales sufrirá", dijo. Los 187 países miembros del Fondo se comprometieron por su parte a "actuar colectivamente para restaurar la confianza y la estabilidad financiera".
Pero en sus declaraciones los principales líderes exhibieron sus diferencias. Los países latinoamericanos, liderados por Brasil y Argentina, saludaron el plan estadounidense de lucha contra el desempleo. Ese plan de 447.000 millones de dólares de coste presentado por el presidente Barack Obama, tiene sin embargo pocas posibilidades de ser aprobado en el Congreso.
Alemania en cambio, criticó el viernes el plan de Obama y recalcó que los déficits públicos como el estadounidense son también causa de problemas en el mundo.
Argentina criticó que se pretenda aplicar la misma receta a países emergentes, que están "sacando a la economía mundial de la recesión" que a los países "altamente endeudados (y) escaso crecimiento", según su intervención ante el comité monetario del Fondo.
Mantega cargó también contra la política de tasas de interés casi cero en casi todos los socios avanzados del G20 (Estados Unidos, la zona euro o Japón). Ese tipo de políticas "han hecho muy poco para apoyar su recuperación económica pero han causado considerables quebraderos de cabeza a los mercados emergentes", dijo.
El Fondo, en tanto, comienza a preocuparse por la disponibilidad de recursos para enfrentar una eventual profundización de la crisis. Su directora, Christine Lagarde, sostuvo que si bien el organismo tiene recursos adecuados en estos momentos, en caso de una crisis mundial como en 2008, podrían ser insuficientes, y alentó a implementar con rapidez el aumento de las cuota partes de los Estados miembros (el dinero que cada uno aporta de forma permanente) aprobado en 2010. "Me sentí alentada por el sentido de absoluta urgencia entre los estados miembros" ante la crisis, dijo Lagarde.
ESPAÑA PIDE CONFIANZA
Elena Salgado, tras participar el viernes y el sábdo en las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Washington, dijo: "No está sobre la mesa" ninguna ayuda directa de los países emergentes a los de la zona euro. En este momento tenemos que confiar en la suficiencia de las herramientas que hemos puesto en marcha, y esas herramientas son la EFSF (sigla en inglés de Facilidad Europea de Estabilidad Financiera)”, cuyo reforzamiento está siendo ratificado por los parlamentos de los 17 países del euro.
Recordó que todos los socios internacionales ya participan, a través del FMI, en la ayuda a los miembros de la Eurozona que lo han necesitado: Grecia, Irlanda y Portugal. "La ayuda de todos a través del Fondo ha sido bienvenida, pero en estos momentos tenemos que centrarnos en la herramienta que hemos decidido poner en marcha" dentro de la zona.
Salgado pidió que "no se minusvalore" lo decidido el 21 de julio por los líderes europeos a fin de reforzar la capacidad de préstamo y la flexibilidad del fondo de rescate, e insistió en pedir un "margen de confianza" mientras los parlamentos nacionales completan la ratificación de los cambios. "Estamos en mitad de la ratificación por los distintos parlamentos de los acuerdos para aumentar la capacidad y la flexibilidad de la EFSF", recordó Salgado.
Esa "primera etapa", advirtió, "tiene que ir en paralelo con el cumplimiento por parte de Grecia de sus compromisos". Una cosa y otra constituyen "las dos patas de la fórmula para estabilizar los mercados de deuda en la zona euro". Mediante la EFSF se pretende construir "una barrera que aísle del contagio a los países que no son Grecia", proporcionando al fondo la capacidad legal para intervenir en los mercados secundarios de deuda, proporcionar dinero a los estados a fin de que puedan recapitalizar su sistema financiero, si fuera necesario, y aportar garantías a los préstamos del Banco Central Europeo.
Recordó que el último parlamento de la zona euro tiene previsto ratificar la legislación acordada el 14 de octubre. "Son acciones concretas, y hay que darles todo el margen de confianza.
El 14 de octubre tendremos una herramienta de estabilización de los mercados con todas sus capacidades. No deberíamos minusvalorar desde el inicio lo que eso representa", subrayó la ministra española. Salgado también se declaró partidaria de adelantar la constitución del Fondo permanente de rescate acordado por los europeos. "Por supuesto, si hay un acuerdo general, España está desde luego interesada en que los períodos transitorios sean los menores posibles", indicó.
La vicepresidenta insistió en que "España se está financiando bien", y que las emisiones de deuda pública española "están teniendo una cobertura importante, amplia, y ha sido así de manera recurrente durante todo el tiempo". "Es verdad que, en momentos de tensión, ha habido que pagar a veces, no siempre, intereses más altos", pero ello también se debe a que en el diferencial con el bono alemán influye el comportamiento del propio "Bund", cuyo interés ha ido disminuyendo a lo largo de todos estos meses.
"La cuestión está en que no debemos atender sólo a los costes de financiación de la deuda pública, sino a la repercusión que eso tiene sobre la posibilidad de nuestras entidades financieras para captar fondos". Por eso, argumentó, "es urgente y necesario que cuanto antes se elimine esta inestabilidad en los mercados de deuda".
Salgado se refirió, por último, a las recientes previsiones económicas publicadas por el FMI, en las que este organismo situaba el crecimiento español en 2012 en 1,1%, frente a una previsión del Gobierno del 2,2 por ciento. "Creo que la previsión del Fondo para el año 2012 es algo más pesimista de lo que nos parecería razonable".
"Dicho esto, también es verdad que -según el FMI- somos el país en el que se produce una aceleración entre el año 2011 y 2012; el resto de los países grandes de la zona con los que nos podemos comparar sufren una desaceleración", destacó Salgado. "Lo que eso quiere decir es que las reformas que hemos puesto en marcha van a seguir teniendo efecto, y en nuestra opinión un efecto mayor que el que el Fondo predice en este momento", concluyó.
EFE