La crisis abierta en el Gobierno italiano de coalición de Enrico Letta por la dimisión de los ministros de Silvio Berlusconi desató ayer nuevas turbulencias en los mercados bursátiles y de bonos europeos, justamente cuando la zona euro parecía haber dejado atrás los problemas con la deuda.
El anuncio, el sábado, de la salida de los cinco ministros de Berlusconi del Ejecutivo terminó de confirmar los peores temores de los inversores, quienes ya en las últimas sesiones se habían mostrado inquietos ante la posibilidad de que ahora sí, los problemas judiciales de ‘il Cavaliere’ terminaran desencadenando la ruptura en el seno de la coalición gubernamental.
Las Bolsas, sobre todo las europeas, y el mercado secundario de deuda reaccionaron muy negativamente en la primera sesión tras el estallido de la crisis, que arrastra consigo una inminente consecuencia económica para Italia: la entrada en vigor del aumento del tipo general del IVA a 22 por ciento, después de que la tensión en el Gobierno haya hecho imposible un decreto para evitarlo.
La reacción negativa de los mercados es fruto además de una acumulación de incertidumbre en torno a la economía y finanzas de Italia que ya se venía arrastrando y sobre lo que la crisis abierta por Berlusconi no hace sino añadir más presión.
La semana pasada Letta revisaba al alza las previsiones de déficit público para el 2013 en dos décimas, hasta 3,1 por ciento, es decir, por encima de la barrera que marca el pacto de estabilidad europeo, aunque se comprometió a no rebasarla, lo que queda en entredicho ahora con el hecho de que el Ejecutivo esté en el aire.
El posible incumplimiento de los compromisos con Bruselas, que el pasado mayo sacó a Italia del procedimiento por déficit excesivo, hace que los inversores miren con cautela hacia Italia, sobre la que pesa la amenaza de rebajas de las agencias de calificación.
Ayer mismo Fitch alertó de que una posible caída del Ejecutivo de Letta pone los objetivos de política fiscal italianos “en riesgo” y crea “incertidumbre en un momento crucial”, cuando se tienen que elaborar los presupuestos generales del Estado del 2014, que deben enviarse al Parlamento en dos semanas como máximo.
Mientras tanto, Europa espera poder contener una crisis, si se llega a dar.
ROMA/EFE