Los mercados bursátiles mundiales se vieron afectados ayer por los indicios sobre una desaceleración de la economía china, la crisis en Ucrania y los discursos sobre el estímulo monetario en Estados Unidos de los nominados para la Vicepresidencia de la Reserva Federal.
Así, Wall Street acentuó sus descensos y firmó su peor día en el último mes. El Dow Jones perdió más de 230 puntos, el S&P 500 pasó en una misma jornada de coquetear con el récord a retroceder más de un punto porcentual y el Nasdaq alcanzó su nivel más bajo en tres semanas.
Entre las múltiples causas estaba el constante quebradero de cabeza de los inversores: la Reserva Federal, cuyos nominados a la Vicepresidencia volvieron a abordar el tema el recorte del estímulo monetario en Estados Unidos.
Los candidatos a la Vicepresidencia de la Reserva Federal expusieron sus planes de acabar con los estímulos a la economía, un hecho que se ha visto con temor por los mercados ante la posibilidad de que acarree un descenso en la liquidez internacional.
Asimismo, persistían los efectos de la crisis de Crimea, donde sigue en el tira y afloja entre Ucrania y Rusia, país que, cada vez más presionado por la comunidad internacional, entreabrió una puerta a un eventual primer contacto con las nuevas autoridades ucranianas tras intensificar su presencia militar en la frontera.
Y a esto se sumaron, finalmente, nuevos datos de la economía china que apuntan a una desaceleración de su crecimiento.
Las principales bolsas europeas, por su parte, cerraron en fuerte baja, por segundo día consecutivo. En Londres, el FTSE-100 de los principales valores perdió 1,01 por ciento, la de Fráncfort bajó 1,86 por ciento y París hizo lo mismo con 1,29 por ciento.
Así mismo, las bolsas latinoamericanas cerraron también a la baja. Sao Paulo perdió 0,91 por ciento, México bajó 1,55 por ciento, y la de Buenos Aires 0,96 por ciento.
LA DESACELERACIÓN CHINA
El primer ministro chino, Li Keqiang, advirtió que la economía enfrenta “severos desafíos” en el 2014, luego de que débiles datos económicos alentaran especulaciones de que el banco central flexibilizaría su política monetaria para impulsar el vacilante crecimiento.
Li dio a entender que Pekín toleraría una desaceleración de la expansión económica este año a medida que se promueven reformas que tienen como objetivo un crecimiento a largo plazo y más sostenible. Datos divulgados poco después de sus comentarios sugirieron que la tolerancia podría enfrentar una prueba preliminar.
El crecimiento de la inversión, las ventas minoristas y la producción fabril cayeron a mínimos de varios años, apuntando a una marcada desaceleración en los primeros dos meses del año. “Está llegando una tormenta”, dijo Gao Yuan, analista de Haitong Securities en Shanghái, mientras que Hao Zhou, economista de ANZ, dijo que “un alivio en la política monetaria debería ser inminente”.
NUEVA YORK/EFE