En el segundo de sus tres cálculos del producto interior bruto (PIB), el Gobierno mostró que el incremento de la actividad entre julio y septiembre se debió principalmente a cifras más altas en inventarios y exportaciones. En el trimestre anterior el PIB de EE. UU. creció a un ritmo anual del 1,3 por ciento.
El informe sustenta la política de la Reserva Federal que seguirá dando un estímulo monetario a la economía para promover el crecimiento de la actividad económica y reducir el desempleo, que se mantuvo por encima del 8 por ciento por 43 meses hasta agosto pasado. En septiembre el índice disminuyó al 7,8 por ciento.
El gasto de los consumidores, que en EE. UU. representa casi el 70 por ciento de la actividad económica y que había crecido a un ritmo del 1,5 por ciento entre abril y junio, aumentó a un ritmo del 1,4 por ciento entre julio y septiembre.
En el cálculo inicial el Departamento de Comercio había indicado un crecimiento del 2 por ciento en el gasto de los consumidores en el tercer trimestre.
En su colección periódica de información acerca de la actividad en los 12 distritos del Sistema de la Reserva Federal, el "libro beige" indico ayer que la actividad fabril en la mayor parte de Estados Unidos registra una desaceleración o una contracción ante la posibilidad de una crisis fiscal a fin de año.
Desde que EE. UU. salió de su recesión más profunda y prolongada en julio de 2009, el sector manufacturero ha estado al frente de la reactivación que ha continuado sin pausas, pero a un ritmo demasiado lento como para hacer mella sustancial en el desempleo.
La amenaza de un "precipicio fiscal" tiene un vasto impacto: los consumidores se han mostrado cautelosos en el comienzo de la temporada de compras de fin de año y muchos empresarios han postergado la inversión en equipos, producción y contratación de trabajadores.
EFE