La evolución del producto interior bruto (PIB) español desde enero a marzo registrará "una caída de 5 o 6 décimas", declaró el ministro en un foro económico, en el que señaló que a finales de año el crecimiento intertrimestral podría ser positivo.
La evolución del PIB será "claramente menos mala" en este periodo que en el último trimestre de 2012, añadió el ministro, augurando también una mejora en las cifras de empleo que a finales de año superaban al 26 por ciento de la población activa.
Las perspectivas de crecimiento de la cuarta economía de la zona euro deberían continuar con su mejora a lo largo del año con un segundo trimestre "algo mejor", seguido de un tercer trimestre "próximo a cero" y un último trimestre con "la posibilidad de un crecimiento positivo en términos intertrimestrales".
En recesión desde finales de 2011 y sumida en unas medidas de austeridad draconianas para paliar su déficit público, España sufrió una contracción del 1,4 por ciento del PIB en el conjunto de 2012. La previsión gubernamental para este año estima que el PIB seguirá cayendo, esta vez un 0,5 por ciento, aunque el jefe de Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció recientemente que deberá revisarse esta cifra, discorde con el resto de pronósticos realizados por las instituciones económicas.
La Comisión Europea tasó la contracción del PIB español en un 1,4 por ciento este año, mientras que el FMI y el Banco de España auguran una caída del 1,5 por ciento.
El próximo 30 de abril, el país publicará las cifras provisionales de crecimiento del primer trimestre. Por otra parte, el ministro de Economía se mostró "convencido" de que a España no le ocurrirá lo mismo que a su vecino Portugal, que el viernes vio como numerosas de las medidas de austeridad aplicadas en su presupuesto de 2013 fueron declaradas inconstitucionales.
El Tribunal Constitucional español también ha recibido varios recursos relacionados con los recortes aplicados por el Ejecutivo, especialmente sobre la supresión de la paga extraordinaria de fin de año de los funcionarios.
Tras llegar al poder a finales de 2011, el Gobierno conservador de Mariano Rajoy empezó un duro programa de austeridad basado en recortes presupuestarios y aumentos de impuestos para ahorrar 150.000 millones de euros y reducir el déficit público del país.
AFP
