La recuperación económica no está siendo igual en todas las partes del mundo. Dejando a China aparte, que presentó un crecimiento de 4,9% en el tercer trimestre, las otras grandes potencias reflejan en estos momentos la cara y la cruz de la mejora tras el duro golpe sufrido por la pandemia.
(España decreta estado de alarma para frenar segunda ola de coronavirus).
Estas son Estados Unidos y Europa, cuya evolución de reactivación cada vez se ve más divergente. Por ejemplo, al tomar el dato del PMI, que mide la actividad económica a octubre, la economía norteamericana registró un dato de 55,5 puntos, que no solo indica que se está expandiendo, sino que supone la mejor cifra de los últimos 20 meses.
Por el contrario, el mismo indicador para las economías de la eurozona se ubicó en el décimo mes del año en 49,4 puntos, lo que significa contracción y supone que los países que comparten la moneda única volvieron a los niveles del pasado junio.
Así, mientras EE. UU. presentaba una perspectiva mejor de lo esperado en los últimos pronósticos de los organismos internacionales, Europa enfrenta un gran riesgo: esto “plantea la posibilidad de que la economía de la región podría volver a contraerse en el cuarto trimestre”, aseguró la firma IHS Markit, que elabora el estudio.
De hecho, como informó Chris Williamson, el economista jefe de IHS Markit, “la zona euro se enfrenta a un mayor riesgo de caer en una doble recesión, puesto que una segunda oleada de infecciones del coronavirus provocó la renovada caída de la actividad en octubre”.
Entre las razones del peor comportamiento está el empeoramiento en el desempeño de los servicios, pues empresas y consumidores incrementaron su preocupación por la evolución de la pandemia, la cual volvió a ubicar al Viejo Continente en el epicentro.
Países como España, Italia, Francia o Reino Unido, entre muchos otros, han registrado en la última semana cifras de contagio entre 10.000 y más de 30.000 cada día, lo que ha obligado a tomar nuevas restricciones, cierres de establecimientos y toques de queda.
Pero esto no se ve solo en la evolución de la actividad económica, sino también en otros aspectos como el laboral.
Si bien el golpe en la tasa de desempleo de Estados Unidos fue mucho mayor, mientras que en Europa las protecciones sociales congelaron el choque, en el primero ya se ven mejoras, mientras que el segundo no deja de empeorar.
Estados Unidos alcanzó un desempleo de 14,9% en abril, pero logró revertir rápidamente la situación y, a septiembre, ese dato bajó ya hasta el 7,9%.
Por el contrario, en la eurozona, octubre supuso el octavo mes consecutivo de pérdida de trabajos. El último dato muestra una tasa de 8,1% en la eurozona y de 7,4% en la Unión Europea.
Cabe mencionar que la economía de Estados Unidos mejoró sus pronósticos de manera significativa en las últimas proyecciones del FMI, que estiman un desplome de 4,3% en 2020, es decir, 3,4 puntos porcentuales mejor a lo que se esperaba en julio.
Europa, por su parte, también mejora, pero en una menor proporción. La zona del euro caerá un 8,3% este año, frente al 10,2% que se estimaba en julio, mientras que la Unión Europea lo hará en 7,6%, casi el doble que Estados Unidos.