La guerra de precios en el mercado de crudo entre Rusia y Arabia Saudí abre una partida de ajedrez incierto en la que los países del golfo Pérsico parecen empezar bien colocados pero con un aguante limitado en el tiempo.
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La caída de los precios en todo el mundo por la propagación del coronavirus de las últimas semanas llevó a Riad a pedir a la Opep+ que redujese su producción, pero Moscú se opuso a la medida, haciendo que el grupo fallase la semana pasada a la hora de consensuar un plan.
Así las cosas, Aramco, la mayor petrolera del mundo, anunció este martes que a partir del 1 de abril aumentará su producción en un 2,5% para llegar a 12,3 millones de barriles diarios (mbd), unos 300.000 barriles por encima de su capacidad actual, a lo que Rusia aseguró que puede responder con otros 500.000 mbd.
Aunque una bajada en los precios del crudo puede ser buena para el consumidor a corto plazo, el director de la consultora Glastac, con sede en Emiratos Árabes Unidos (UAE), Andy Gibbins, advierte de que con el paso del tiempo la falta de inversión en prospección y producción provocará una escasez de suministros.
“Para los sectores servicios que proveen a la industria del petróleo y el gas, los efectos son muy negativos, puesto que las petroleras deben recortar los costes donde sea posible para gestionar mejor la rentabilidad general”, consideró.
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A juicio de Gibbins, Arabia Saudí y otros países productores de petróleo del Golfo, con costes de producción más bajos, están en una “mejor” posición para lidiar con una caída en los precios a corto plazo, si bien “todos los grandes productores necesitan precios más altos para sostener sus economías nacionales. Lo veo como un juego de ajedrez y, hasta ahora, sólo hemos visto los primeros movimientos”, concluyó.
El Banco Mundial alertó de que tanto la caída de los precios del crudo como el brote de coronavirus han dejado a Oriente Medio y el Norte de África más expuestos que otras regiones, en un contexto en el que los mercados ya sufren las consecuencias el Covid-19.
Unas de las razones es que China, epicentro del virus, es un comprador clave del petróleo regional. Ambos factores han causado pérdidas en los mercados de la región rica en petróleo de unos US$300.000 millones en los últimos días, mientras que mundialmente las últimas sesiones de las bolsas han dejado pérdidas de unos US$7 billones.
“La guerra del petróleo entre las dos potencias de Arabia Saudí y Rusia ha provocado una nueva ‘batalla del fin del mundo’ que no es probable que acabe pronto”, consideró el analista jefe de mercados de Century Financial, con sede en Dubái, Arun Leslie John.
Se espera que las repercusiones de las tensiones actuales afecten también a otros sectores de la economía, con los países del Golfo a la cabeza de las posibles consecuencias si los precios caen entre 25 y 30%, dijo el experto.
“Los mercados tienen ahora miedo de que una mayor bajada de los precios del crudo podría tener efectos en los sectores crediticios, puesto que el gasto de la mayoría de los países está directa o indirectamente vinculado con los precios del petróleo”, explicó.
Cyril Widdershoven, director de Verocy, una consultora de riesgo cree que si la situación dura más de seis meses, el impacto será “severo”, si bien descarta como poco probable una destrucción del mercado. En este sentido, dijo que el petróleo y gas saudíes son necesarios para el mundo, por lo que los clientes “siempre” estarán interesados. “Los ingresos serán más bajos, pero todo depende de si la guerra de los precios y la destrucción de la demanda continúan un tiempo”.
EFE