Nacionalistas y unionistas tomaron este miércoles las calles de Escocia para hacer llegar su mensaje a cada rincón, a pocas horas de decidir si rompen o no con el Reino Unido después de 307 años.
En un intenso último día de campaña, líderes de ambos bandos rogaron a los escoceses que estuvieran a la altura de la historia en una votación que ha dividido a familias, amigos y amantes, pero que también electrizó a la nación de 5,3 millones de habitantes. Desde las remotas islas escocesas del Atlántico hasta ciudades como Glasgow, los votantes deberán responder “Sí” o “No” a la pregunta: “¿Debería ser Escocia un país independiente?”.
LOS SONDEOS
Cuatro sondeos -de las encuestadoras Panelbase, Survation, Opinium e ICM- mostraron un apoyo a la independencia del 48 por ciento comparado con un 52 por ciento a la unión, mientras que un quinto, de Ipsos MORI, rebajó la diferencia a 49-51.
Las encuestas también indicaron que unos 600.000 votantes seguían indecisos pocas horas antes de abrir las urnas a las 0600 GMT del jueves.
“No dejen que esta oportunidad se escape entre sus dedos. No dejen que nos digan que no podemos. Hagámoslo”, dijo Alex Salmond, líder nacionalista de 59 años, en una carta abierta. Invocando al economista del siglo 18 Adam Smith y al mayor poeta escocés, Salmond imploró a los escoceses: “Levántense mañana viernes en el primer día de un país mejor”.
Enfrentado a la mayor amenaza interna para el Reino Unido desde la independencia de Irlanda hace casi un siglo, miembros de todos los estamentos británicos -desde el primer ministro, David Cameron, a líderes empresariales y celebridades de la cultura pop- se unieron en un último esfuerzo para convencer a los escoceses de que el Reino Unido está “Mejor Junto”.
El trabajo de Cameron podría correr peligro si Escocia se separa, pero el Primer Ministro de 47 años ya ha reconocido que su privilegiado pasado inglés y su afiliación conservadora no le convierte en el mejor para convencer a los escoceses. Esto ha dejado la defensa del caso unionista en manos del opositor Partido Laborista, que obtuvo 41 escaños escoceses en las elecciones británicas del 2010 y es la única formación con apoyo local capaz de competir con el secesionista Partido Nacional Escocés.
¿UN REINO UNIDO?
Si gana la independencia, Gran Bretaña y Escocia abrirían una negociación de 18 meses para decidir el destino del petróleo del mar del Norte, la pertenencia a la Unión Europea y qué hacer con la principal base de submarinos nucleares. Salmond acusó a Londres de una campaña encabezada por los líderes empresariales para asustar a los escoceses, luego que empresas como BP y Standard Life advirtieron sobre los riesgos de la secesión. De ganar, la independencia se proclamaría el 24 de marzo del 2016.
DATOS CLAVES DEL REFERÉNDUM
Las urnas abren a las 0600 GMT y cierran a las 2100 GMT. Los resultados serán anunciados formalmente cuando se haya completado el recuento de las 32 circunscripciones locales, que podría ser “a la hora del desayuno mañana viernes, dijo boletín oficial del organismo electoral. Hay inscritos 4.285.323 escoceses registrados para votar. Esto supone que el 97 por ciento de la población mayor de 16 años, el mayor electorado en la historia de Escocia.
EL MUNDO CONTIENE LA RESPIRACIÓN ANTE EL PROCESO
El mundo está conteniendo la respiración y en su mayoría espera que Escocia vote “No” a la independencia de Reino Unido en el referendo que se celebrará este jueves.
Por interés propio y geopolítico, las principales potencias desde Pekín y Washington hasta Moscú y Nueva Delhi están rezando en silencio para que Reino Unido siga de una pieza y no se genere un precedente contagioso de fragmentación de un Estado en tiempos de inestabilidad.
Entre los socios europeos de Londres, Alemania ha dicho abiertamente que preferiría que Reino Unido siga como está, mientras que otros países, sobre todo España, Bélgica e Italia, esperan que el referendo escocés no cree o aliente problemas en su propia cohesión interna.
Rusia y China, a menudo enfrentadas a Reino Unido en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tienen fuertes motivos internos para evitar que se descomponga la antigua nación imperial, ya que ambas quieren mantener a raya el separatismo en sus países.
Los únicos grupos en el mundo que apoyan la soberanía escocesa son pueblos sin un Estado propio, como los catalanes en España, los cachemires en India o los kurdos repartidos entre Turquía, Irak e Irán, muchos de los cuales claman por su autodeterminación. Estados Unidos ha dejado claro que quiere que Reino Unido siga “fuerte, robusta y unida, y (sea) un socio efectivo”.
Agencias
Glasgow (Escocia)