España ya había aprobado en febrero de 2012 una reforma laboral que abarató el costo para las empresas de despedir trabajadores y una reducción de los salarios, que el Gobierno argumenta que ha contribuido a mejorar la competitividad de la economía.
Sin embargo, la primera reforma laboral no ha bajado de forma significativa el desempleo en España, que todavía está sobre el 25% de la población activa.
De Guindos dibujó un escenario optimista sobre la Unión Europea y España, pero reconoció la necesidad de seguir con una reducción del déficit público y la agenda de reformas, entre las que dio prioridad absoluta a la laboral y la fiscal.
El ministro también trazó las grandes líneas de la reforma fiscal que detallará a mediados de 2014 para que entren en vigor en 2015.
Según de Guindos, la reforma tributaria afectará sobre todo al impuesto a la renta de las personas y al impuesto de sociedades.
Reuters