El desempleo en América Latina y el Caribe podría caer hasta el 6,0-6,1 por ciento este año, debido a una menor participación laboral y pese a la debilidad que muestran las economías de la región, estimaron ayer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según el reporte conjunto de la Cepal y la OIT, “por paradójico que pueda resultar, el descenso de la tasa de desempleo no es una noticia enteramente positiva”.
El documento conjunto la Secretaria General de la Cepal, Alicia Bárcena, y la Directora Regional de la OIT, Elizabeth Tinoco, indicó que “la caída de la participación laboral que está detrás del desempleo decreciente impacta la autonomía económica de una proporción cada vez mayor de la población, especialmente de las mujeres”.
La participación laboral es la proporción de la población en edad de trabajar que está dentro de la fuerza de trabajo, ya sea ocupada o desempleada. La caída de la tasa de desempleo ocurriría pese a que la economía de la región crecería sólo un 2,2 por ciento en el 2014, menos de lo que se había esperado, principalmente por un desempeño más débil de Brasil y México, en momentos en que la demanda interna y externa han perdido fuerza, estimó recientemente la Cepal.
Igualmente, el informe destacó “vínculos virtuosos” entre la formalización del empleo observada en los últimos años y las mejoras resultantes en la distribución del ingreso. Según los organismos de Naciones Unidas, el aumento de la formalidad ha beneficiado especialmente a los asalariados, a los trabajadores con niveles de escolaridad intermedios y a las mujeres.
MAYOR DESIGUALDAD
Un 47 % de los trabajadores son informales en América, que sigue siendo la región del mundo con mayor desigualdad laboral pese a un descenso de esta tasa, advirtió en Lima el director general de la OIT, Guy Ryder. “El promedio de la tasa de informalidad en las Américas es de casi 47 %. Ha bajado, pero sigue siendo elevada. Con estas tasas no es sorpresa que las Américas sean aún la región con más desigualdad del planeta”, señaló Ryder, quien encabeza la 18 reunión regional americana de la OIT. Según la directora regional de la OIT, Elizabeth Tinoco, “aún hay 130 millones de personas empleadas en esas condiciones” de informalidad. “El desafío de la formalización del trabajo en la región tiene que ser una prioridad”, acotó el director general de la OIT.
GOLPEADA LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ
La industria automotriz, fuente de trabajo para miles de latinoamericanos y fuerte captadora de inversión extranjera, se mantiene como un motor de la economía regional, pero los problemas se acumulan para el sector en un contexto de demanda inestable. En los últimos dos años, con excepción de México que mejora sus cifras de producción a caballo de la recuperación de Estados Unidos, la situación de esta industria en la región ha venido en declive.
De toda región, Venezuela enfrenta la peor situación: el ensamblado está prácticamente paralizado. La escasez de divisas producto del control cambiario limita las importaciones de insumos y las cifras se derrumbaron: en 2013 la producción fue de apenas 72.000 vehículos, más de 30% por debajo de 2012. Entre 2006 y 2013, el sector automotor se desplomó 58,2%, según datos de la Cámara Automotriz local. La industria trabaja por debajo del 5% de su capacidad de manufactura de casi un cuarto de millón de unidades al año.
Agencias
Santiago