El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó al Banco Central Europeo (BCE) a poner en marcha un programa de compra de activos a gran escala centrado en la adquisición de deuda soberana, para estimular la economía, siguiendo los pasos de la Reserva Federal (Fed) estadounidense.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, trasladó este mensaje a los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona durante la reunión del Eurogrupo, en la que celebró la reciente rebaja de los tipos de interés al mínimo histórico de 0,15 por ciento y las medidas del BCE para reactivar el crédito, pero le pidió ampliar las acciones.
“Si la inflación se mantiene obstinadamente baja, el BCE debería considerar un programa de compra de activos a gran escala, sobre todo de los activos soberanos de acuerdo a la clave del capital (de un país) en el BCE”, afirma el FMI en su informe sobre la Eurozona.
“Esto aumentará la confianza, mejorará los balances de las empresas y de los hogares, y estimulará los préstamos bancarios. En general, tiene el potencial de tener un impacto significativo en la demanda y la inflación”, añade el documento.
El organismo con sede en Washington subraya que la disposición del BCE a “hacer más, si es necesario, es tranquilizadora”.
Considera también que las últimas medidas apuntan a la determinación por parte de Fráncfort a afrontar la baja inflación de la zona del euro “y a cumplir su mandato” de mantener los precios por debajo, pero cercanos, del dos por ciento.
Añade que “colectivamente, el amplio rango de medidas debería llevar a una expansión sustancial de la liquidez”, y agrega que las decisiones para penalizar los depósitos “deberían fomentar el aumento del crédito en las economías en dificultades”.
En opinión del FMI, la inflación de la Eurozona “es preocupantemente baja, incluso en los países centrales”, lo que puede suponer un lastre para el crecimiento al impedir el ajuste de los precios relativos y los salarios reales. “Un apoyo continuado a la demanda es vital para hacer frente a la baja inflación”, resumió el organismo multilateral.
Así mismo reconoce los progresos en la situación económica de la zona del euro, pero advierte que “la recuperación no es ni robusta ni lo suficientemente fuerte”.
EFE