El declive en la actividad económica, empeorado por las medidas de austeridad que pretenden reparar las finanzas públicas y reducir los déficits, puso límite a las proyecciones de crecimiento en Grecia.
También pesaron las estrictas metas fiscales fijadas por los acreedores internacionales de Grecia.
'Debemos darnos cuenta (...) de que hay una recesión acumulativa en tres años que ahora se convertirá en cuatro años', dijo al Parlamento el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.
'Todos debemos notar lo profunda que es la recesión para comprender la divergencia de las proyecciones de (los inspectores de) la troika (de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo) formuladas en mayo del 2011', agregó.
Atenas recurrió a un nuevo impuesto inmobiliario para compensar su demora en las metas de ingresos y recortes de gasto y para cumplir su objetivo de cerrar este año con un déficit equivalente a un 7,6 por ciento del Producto Interno Bruto, crucial para seguir recibiendo los fondos del rescate de la UE y el FMI acordado en mayo pasado.
Inspectores de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo reanudarán su revisión sobre el progreso de las metas el próximo lunes, antes de que se entregue el próximo préstamo por 8.000 millones de euros que necesita Grecia para evitar un cese de pagos.