"¡Ustedes, griegos, ya basta!", decía recientemente el diario tras los nuevos encontronazos entre Atenas y sus acreedores europeos.
Desde 2010, las afiladas plumas de este diario, que revindica más de 11 millones de lectores diarios, arremeten contra los "arruinados griegos", a quienes recuerdan que "el dinero no cae de los olivos".
Pero el diario niega que se trate de ataque intencionado. "No tenemos ningún problema con los griegos. ¡Al contrario!", asegura Bela Anda, jefe del servicio político. "Es un bello país con una rica cultura", asegura.
Tras 53 años de existencia, Bild sigue conservando su capacidad para percibir la opinión pública alemana y desde la llegada al poder, a finales de enero, del partido de izquierda radical Syriza, el periódico sensacionalista parece haber subido el tono.
En marzo, todos los diputados alemanes recibieron una carta de Bild preguntándoles si votarían en contra, a favor o se abstendrían en caso de un tercer plan de ayuda a Grecia, aunque de momento no se debate ningún plan de asistencia adicional.
"Tenemos que vigilar lo que hacen con el dinero de nuestros impuestos", explica Bela Anda. "Esta función de control responde a nuestro trabajo de prensa independiente", añade.
El mundo según Bild es muy simple. Por un lado, los griegos que beben ouzo mientras cobran pensiones doradas o defraudan al fisco en sus islas soleadas. Y, del otro lado, los alemanes "que se levantan temprano, trabajan todo el día" y son desde hace años la gallina de los huevos de oro de Europa por los impuestos que pagan.
Bild nunca menciona el cargo de Alexis Tsipras (primer ministro) pero lo califica de "terror de Europa" o de "jefe de los radicales griegos".
La amenaza que supone Grecia, por donde pasaron en 2014 2,5 millones de turistas alemanes, parece tan grande que el diario se preguntó: "¿Quién es el más peligroso para nosotros, el griego o el ruso?", en referencia al presidente ruso Vladimir Putin.
MÁS LEÑA AL FUEGO
"Esta manera de trabajar que consiste en echar leña al fuego es el modelo de negocio de Bild" explica Wolfgang Storz, especialista en el diario.
"El objetivo es tener la máxima audiencia. Un día es el ministro griego de Finanzas, al día siguiente, puede ser el divorcio de una estrella, y el tercero, la visita a un club de alterne de un jugador de fútbol", añade.
Bild "estigmatiza y difama a todo un pueblo [...] para alimentar este sentimiento de 'nosotros contra los demás'", analiza el especialista en medios Mats Schönhauer, autor de de un blog crítico sobre Bild.
Al igual que el resto de la prensa impresa, Bild se enfrenta a una disminución acentuada de sus lectores. Sus 2,2 millones de ejemplares vendidos diariamente daría envidia a cualquier diario europeo pero sólo representan la mitad de las ventas de hace 15 años. En este contexto, el periódico se vuelve más agresivo.
A finales de febrero, Bild llevó en portada un inmenso "NEIN" para decir no a la prolongación bajo condiciones de las ayudas financieras a Grecia adoptada por los diputados alemanes. Y los lectores estaban llamados a tomarse una fotografía con esta página, que podía aparecer en la portada al día siguiente.
La federación de periodistas alemanes DJV criticó a Bild, propiedad del poderoso grupo mediático Axel Springer, por llevar a cabo una "campaña política" contra Grecia.
GRECIA ACUDE AL EUROGRUPO DE ESTE LUNES CON ESPERANZA
Grecia acude al Eurogrupo con la esperanza de que los socios europeos den un empuje a las negociaciones mediante una declaración positiva que acerque el acuerdo y permita desbloquear la financiación del país.
Durante el fin de semana el primer ministro, Alexis Tsipras, ha reunido a sus ministros y colaboradores más cercanos y se prevé que mantenga contactos telefónicos con otros líderes europeos con el fin de fijar las posiciones de Grecia ante el Eurogrupo y para que los socios estén dispuestos a reconocer avances en las conversaciones.
De ser así, una primera evaluación positiva de las negociaciones podría servir como base para reducir la asfixia económica del Gobierno y para que obtuviese, al menos, algo de liquidez adicional, aunque no sea el desembolso del tramo pendiente de 7.200 millones de euros.
Esa liquidez podría darse si el Banco Central Europeo (BCE) eleva el techo de las emisiones de letras del Tesoro, actualmente en 15.000 millones de euros.
Con este objetivo el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, emprendió esta semana una gira por varias capitales europeas para reunirse con sus homólogos de Roma, París y España, así como con el comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici.
Durante el fin de semana también han continuado en Bruselas las labores de los grupos técnicos. Fuentes cercanas a la negociación citadas por la prensa helena aseguraron que aunque hay avances en algunos temas de discusión, el acuerdo está aún lejos, por lo que podría posponerse hasta junio, cuando finaliza la prórroga de cuatro meses del rescate que el Gobierno griego acordó en febrero con las instituciones acreedoras (el BCE, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional).
"Estamos bastante lejos de una situación en la que esté a la vista un acuerdo final", comentaron fuentes de la eurozona, por lo que mañana no habrá "ninguna decisión final". El resultado del último encuentro de los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona en Riga fue muy infructuoso.
Varufakis recibió duras críticas de sus colegas, que culparon a Grecia del escaso avance en las conversaciones. Entonces Tsipras decidió cambiar su estrategia, y aunque mantuvo a Varufakis al frente de las negociaciones, colocó al viceministro de Relaciones Económicas Internacionales, Euclidis Tsakalotos, como coordinador del equipo. Tsakalotos afirmó que se está "muy cerca de un acuerdo".
"Creo que después de semanas de laboriosas negociaciones, si hay una verdadera voluntad del otro lado (las instituciones), parece que el debate llegará a una etapa en que el acuerdo está muy cerca y en el próximo período se cerrará", dijo el viceministro en una entrevista con el diario griego "Avgi".
Ante el Parlamento, Tsipras aseguró el viernes que su Gobierno "ha demostrado que está haciendo todo lo posible para llegar a un acuerdo honesto dentro de la Unión Europea" y reiteró que el pacto "solo es cuestión de voluntad política", pues no existe "ningún problema técnico".
Tanto el primer ministro como el resto del Ejecutivo han insistido en que no se cruzarán las líneas rojas del Gobierno, es decir, la reducción de salarios y pensiones y la eliminación de los convenios colectivos. Además de estos escollos se abre un nuevo frente en torno al superávit primario, que los socios querrían fijar en el 2,5 % y Grecia del 1,2 % al 1,5 %, una cifra que determinará las medidas económicas que el país debe acometer.
En medio de las negociaciones y con acuciantes problemas de liquidez, el país debe afrontar el próximo martes una nueva devolución del préstamo al Fondo Monetario Internacional por valor de 760 millones de euros, un pago que Varufakis ha asegurado que se producirá.
Agencias