“Crece el consenso en los mercados internacionales de que hay un guerra cambiaria no declarada”, es la tesis que se ha mantenido en los últimos reportes de BofA Merrill Lynch.
Este año la volatilidad cambiaria parece estar jugando un rol desproporcionado en el manejo del mercado de valores internacional, según el estudio elaborado por David Woo, estratega de FX and Rates del Banco of America Merrill Lynch.
Woo asegura en su reporte mensual que “muchos países están enfrentando ‘cero’ tasas de interés que limitan los ingresos fiscales. Esa política de devaluación del tipo de cambio es el único instrumento de que disponen muchas economías para estimular el crecimiento”.
Pero ¿esa política está funcionando? Algunos creen que en este momento no vale la pena librar este tipo de guerras cambiarias, según un reporte periodístico de Bloomberg.
Si bien los tipos de cambio más débiles a lo largo de la historia ayudaron por momentos a atizar el crecimiento económico abaratando las exportaciones de los países, los beneficios están volviéndose difíciles de encontrar.
En ningún lugar es esto más visible que en los países en desarrollo, donde desde el 2011 las monedas se desplomaron 24 por ciento en promedio contra el dólar.
Sin embargo, a pesar de esto, la tasa de crecimiento anual de sus exportaciones en realidad bajó desde 8 por ciento durante el decenio anterior hasta 4 por ciento en los últimos cuatro años, según la Oficina de Análisis de Política Económica CPB de Holanda.
En Brasil, la caída de 48 por ciento del real desde 2011 ha hecho poco por reavivar una economía que se encamina hacia su peor desempeño en 25 años. “La relación entre el crecimiento global y el comercio está disolviéndose de tal manera que no podemos aplicar la relación de antes para predecir el futuro”, dijo por teléfono Stephen Jen, execonomista del Fondo Monetario Internacional que es cofundador de SLJ Macro Partners LLP en Londres. “Ahora se requiere una mayor devaluación para obtener el mismo beneficio”.
Los analistas atribuyen el cambio a un par de razones clave: el efecto ya casi inexistente del que era uno de los factores únicos que impulsaba el comercio años atrás, es decir, la ofensiva de los países a bajar los aranceles; y la estrategia cambiante de China en materia de crecimiento.
En tanto el Gobierno se centra más en la economía local y en promover el crecimiento en el sector de servicios, la demanda de importaciones, pese a seguir creciendo, se desacelera en China.
Ayuda, pero no salva
“La globalización alcanzó una tope”, dijo por teléfono Bhanu Baweja, responsable de estrategia de activos cruzados de mercados emergentes de UBS AG en Londres. “Una moneda más débil ayuda, pero no salva a nadie”.
De todos modos, crecen las versiones de que países de todo el mundo intensifican sus esfuerzos por debilitar sus tipos de cambio, una tendencia que en el 2010, quien era entonces ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega, llamó, como es sabido, “guerras cambiarias”.
Más de 20 países rebajaron las tasas de interés o adoptaron otras medidas para flexibilizar la política monetaria –medidas que pueden reducir la demanda de sus monedas– desde comienzos de este año.
Las 31 grandes monedas cayeron contra el dólar desde comienzos del 2014, en tanto 10 se devaluaron más de 20 por ciento, entre estas el rublo, la corona noruega y el euro.
No todos los países, obviamente, están tratando de debilitar sus monedas.
El rublo, la corona y hasta el real, en realidad, cayeron en parte debido a la baja en los precios de sus exportaciones de productos básicos.
CRECIMIENTO SE ENFRÍA EN EE. UU.
El crecimiento económico de Estados Unidos se enfrió en el cuarto trimestre, luego de que las ganancias corporativas después de impuestos fueran afectadas por la fortaleza del dólar, lo que incluso podría debilitar el gasto empresarial futuro.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se expandió a una tasa anual del 2,2 por ciento, sin cambios respecto al pronóstico del mes pasado, dijo el Departamento de Comercio en su tercera estimación del crecimiento del PIB.
La principal economía del mundo creció a una tasa del 5 por ciento en el tercer trimestre del año anterior.
María Victoria Cristancho
Subeditora
marcri@portafolio.co
Con información de Bloomberg