El presidente Guillermo Lasso cumplió este martes un año a las riendas de Ecuador, con la balanza de su gestión entre el viraje y mayor apertura económica, la vacunación contra la pandemia de la covid-19 y “los problemas heredados” de la inseguridad tanto fuera como dentro de las cárceles.
“Lo peor de la tormenta ya ha pasado”, manifestó Lasso en el discurso de rendición de cuentas que toma lugar en la conmemoración de la Batalla de Pichincha, que sella el bicentenario de la independencia del país.
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El aniversario de Lasso, que cuenta con pasado empresarial, llegó en un momento donde su presidencia, según las encuestas, no pasa por el mejor escenario.
Un sondeo de la firma Click Report, realizado a 760 personas entre Quito y Guayaquil, arrojó que el 71,18% de los consultados calificó como ‘mala’ la gestión del presidente Lasso, mientras que un 28,82% la consideró como ‘buena’.
Precisamente, en el apartado de la seguridad ciudadana, el 87,24% mira una gestión mala, al tiempo que un 12,76% la aprobó.
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Según esta encuesta publicada el 20 de este mes, otros de los apartados donde reprobó el mandatario en sus primeros 365 días fueron inversión pública (83,03%), combate a la corrupción (82,63%) y gestión de vivienda (78,95%).
Entre las cosas que “ha hecho bien” el mandatario están el plan de vacunación (48,42%), reactivar la economía (7,90%) y las relaciones internacionales (3,16%). Vale la pena destacar que, según este sondeo, para el 32,11%, el gobierno no ha hecho ‘nada’ bueno.
Esta mala nota sobre el presidente Lasso también se extiende hacia la encuesta de la empresa Ciees, donde la imagen del mandatario ha caído 36 puntos en su percepción positiva, pasando de un 65% en mayo de 2021 a un 29% en el mismo mes de este año.
Para Mauricio Jaramillo, docente de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, el primer año de Lasso, teniendo en cuenta lo que lo antecedía, “es un año de mucha estabilidad”.
Jaramillo comenta que “hay una impopularidad importante”, pero en comparación con otros presidentes y otros Estados, “se encuentra que para ser Ecuador un país efervescente y por haber llegado bajo el contexto de un voto de castigo a Andrés Arrauz, este primer año le ha ido modestamente bien”.
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Acerca del principal reto para este 2022, comenta Jaramillo, se trata del tema de la inseguridad, la cual se ha visto disparada de acuerdo, entre otras, al aumento del narcotráfico y el crimen organizado, según las voces oficiales.
“Ecuador se ha vuelto un Estado inseguro (...) Ha entrado en el circuito de la criminalidad y el narcotráfico (...) Las reformas anunciadas son impopulares, o al menos muchas de ellas, pues le dan un poder mayor a la policía”, comentó el internacionalista.
Entre enero y mayo, las autoridades ecuatorianas han decomisado 85 toneladas de drogas, lo que equivale al triple de lo incautado el año anterior en el mismo período.
Juan Federico Pino, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) sede Ecuador, describe este primer año como “complejo” desde lo político .
“Este primer año se ha dado sin grandes avances dentro de la agenda legislativa del Gobierno (...) Hay una limitación de agenda y de las promesas de campaña, debido a que si bien el Gobierno es de derecha, la mayoría del parlamento se ubica en el centro o en la izquierda”, comentó.
LA BANDERA ECONÓMICA
El mejoramiento de los indicadores macroeconómicos y la apertura de Ecuador hacia el mundo es la bandera de la buena gestión que sacude la Administración Lasso.
Jorge Salgado, docente de Economía en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), describe el primer año económico centrado en tres aspectos: la reducción del déficit fiscal, la promoción del país hacia las inversiones y la consolidación de tratados de libre comercio.
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“En lo relacionado con el déficit fiscal, lo ha conseguido, por un lado, gracias al alza de los precios del petróleo –factor exógeno a su gestión- y por otro, por al incremento de impuestos a estratos socioeconómicos medios y medios altos, quienes fueron los que apuntalaron su victoria electoral”, indicó a Portafolio.
Sin embargo, esta mejora macroeconómica tiene un rezago en cuanto a su traducción en mejores cifras sociales.
“Apenas el 32,7% de la población económicamente activa tiene empleo pleno en la actualidad. Este indicador está por debajo de la meta que se había puesto el gobierno de 35,2%. Adicionalmente, los ingresos promedio han incrementado muy poco mientras que los precios de los productos básicos han subido”, resaltó la economista Ana Patricia Muñoz, directora ejecutiva del think tank ecuatoriano FARO.
Ambos analistas coinciden en que se requiere una mayor articulación entre las políticas públicas y el Estado para atender las necesidades de la población.
“Al día de hoy considero un desacierto en términos de economía política destacar a la reducción del déficit fiscal como uno de sus mayores logros debido a que las necesidades en términos de salud, educación y seguridad apremian”, dijo Salgado.
Muñoz, líder de FARO, coincidió en que “se requiere más claridad en las políticas públicas, articulación entre carteras de Estado y resultados concretos”.
ROBERTO CASAS LUGO
Periodista Portafolio