Así lo informó el martes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge, oficial).
En julio la inflación fue de 0,16 por ciento, y en agosto de hace un año de 0,04 por ciento, informó el Ibge.
Los alimentos, que habían retrocedido 0,34 por ciento en julio, volvieron a subir de manera significativa en agosto, alcanzando 0,72 por ciento. También aumentaron sensiblemente los precios de la vivienda y alquileres (+0,32 por ciento), así como de los electrodomésticos (+2,38 por ciento).
De enero a agosto, la inflación brasileña alcanza 4,42 por ciento. La meta oficial del gobierno es llevar la inflación del año a 4,5 por ciento. El resultado de la inflación anualizada en agosto, de 7,23 por ciento, sobrepasa incluso el máximo de tolerancia de esa meta oficial, que es de 6,5 por ciento.
El Banco central brasileño emprendió este año una cruzada para controlar la inflación mediante el aumento de la tasa de interés de referencia hasta un 12,5 por ciento al año, considerada la más alta del mundo en términos reales.
Pero la pasada semana cambió de estrategia y decidió cortar el interés en 0,5 puntos porcentuales para paliar la desaceleración económica.
El gobierno asegura que la inflación comenzaría en los próximos meses y que el año que viene podrá ubicarse en 4,5 por ciento, el centro de la meta.
La situación en Brasil contrasta con la de Colombia, que tuvo una inflación negativa, de -0,03 por ciento en agosto y un acumulado de 3,27 por ciento en los últimos 12 meses.
AFP