El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, confirmó este martes el cierre de la estadounidense Kellogg en el país y anunció que pedirá código rojo a la Interpol para sus dueños y accionistas por marcharse de una forma "ilegal". "Hoy en Maracay (norte) la empresa Kellogg, en manos de unos inversionistas mexicanos amaneció con las puertas cerradas y les depositaron en las cuentas las prestaciones sociales a los trabajadores lo cual es completamente inconstitucional e ilegal", confirmó Maduro en un acto de campaña en la ciudad de Valencia.
Así mismo, el gobierno venezolano tomó el control de la filial de la empresa estadounidense de alimentos Kellogg, luego de que este martes cesara sus operaciones por el acelerado deterioro económico del país.
Durante un acto de campaña para las presidenciales del domingo, en las que busca reelegirse, el mandatario Nicolás Maduro dijo que las autoridades reabrieron la planta y producirá en manos de "la clase obrera". Ante miles de seguidores en la ciudad de Valencia (norte), Maduro denunció que el cierre busca "asustar al pueblo" en vísperas de los comicios, cuyos resultados no reconocerán Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos. "íImperialistas, oligarcas, a este pueblo no lo asusta nadie! Este pueblo tiene un presidente y un gobierno que lo protege", lanzó en medio de aplausos, y añadió que pedirá una orden de captura internacional contra los dueños y accionistas.
La estadounidense Kellogg había anunciado el martes en la mañana el cese de sus operaciones en Venezuela y atribuyó la medida al deterioro de la situación económica y social, de acuerdo a un comunicado.
La salida de la compañía fabricante de alimentos tomó por sorpresa a los trabajadores y un grupo de ellos permanecía en las puertas de su unidad local a unos 100 kilómetros de la capital sin poder ingresar en la jornada a las instalaciones, dijeron fuentes del sector industrial en la región. La empresa, una de las pocas que seguía produciendo cajas de cereales en el país, dijo que la decisión es definitiva.
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Compañías como Clorox, Kimberly Clark y General Motors abandonaron el país en los últimos años de manera similar, agobiados por la recesión que persiste por cinco años y la primera hiperinflación que vive Venezuela.
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"El deterioro de la situación económica y social en el país ha obligado a que la compañía detenga sus operaciones y salga", apuntó la empresa estadounidense en su comunicado, sin precisar el número de empleados que quedaron cesantes. "La distribución de los productos de Kellogg en Venezuela ha sido suspendida (...) a partir de ahora ningún producto Kellogg podrá ser comercializado en el país sin autorización expresa", agregó la empresa.
Las autoridades venezolanas en el pasado han ocupado las fábricas que las compañías extranjeras dejan en el país para intentar que las plantas sigan produciendo con sus antiguos empleados.
La salida de Kellogg llega en medio de las tensiones que por meses persisten entre las empresas y el Gobierno, que intenta detener las subidas de precios, pero no vende tampoco divisas a tasa oficial a las firmas que producen a mínimos por falta de materiales o bajas ventas.