Siguiendo la ruta del deterioro de la economía venezolana, la moneda de ese país se devaluó alrededor de 82 por ciento en las últimas dos semanas en el mercado negro, de acuerdo al sitio de internet dolartoday.com, al pasar de 1.911 bolívares fuertes por dólar a 3.480 bolívares que se cotizaba este lunes.
Y aunque el presidente Nicolás Maduro culpa de una guerra económica contra su país a esa página de internet y a las casas de cambio en Cúcuta, la verdadera razón es que en esa nación no se consiguen dólares debido a la restricción del Gobierno de comerciar con la moneda estadounidense.
Para el economista venezolano Henkel García, director de la compañía consultora Econométrica, la fuerte devaluación de los últimos días se debería a que “el gasto público podría estar presionando la paridad cambiaria del mercado negro, lo que se suma a la exasperación de la gente y a la tensión política. Las personas ven la caída del bolívar y empieza a comprar más dólares”.
La escasez de dólares en el vecino país es una de las razones que argumentan los dueños de casas de cambio en Cúcuta para el colapso del bolívar. Esto obliga a la gente a pagarlo en el mercado negro a cualquier precio, pues es la única forma para importar materias primas, viajar al exterior, comprar medicinas o cualquier otro artículo, en un país donde la producción nacional está casi en ceros. “Las personas pagan lo que sea por el dólar, algunas veces simplemente para guardarlo, y por eso se sube el precio de manera desorbitada”, dice el dueño de una casa de cambio en la capital de Norte de Santander.
Tampoco ayuda que diariamente pasan a Cúcuta unos 40.000 venezolanos a comprar artículos de primera necesidad cargados de bolívares, y las casas de cambio, al no tener a quien vendérselos, por la simple ley de la oferta y demanda, devalúan la moneda.
El bolívar no solo sufre por el dólar sino por el peso, que ante la escasez de la moneda estadounidense se ha convertido en una divisa confiable en Venezuela, “vienen a buscar pesos para guardarlos debajo del colchón”, revela otro ‘cambista’ cucuteño.
Así mismo, una persona del gremio dijo a Portafolio que tiene un tope de compra de dos millones de bolívares diarios (que es casi lo mismo en pesos colombianos), porque después no hay a quien vendérselos.
Puntualizan que la única manera de salir de esa divisa es cuando envían remesas desde el exterior a Venezuela, las cuales llegan a Cúcuta ya que el gobierno de ese país las tiene prohibidas, y los venezolanos las cobran en bolívares para llevarlos a interior. “Tememos que Maduro ordene cerrar la frontera otra vez por esta situación”, asegura un dirigente gremial de la ciudad, “ya que la vez pasada lo expuso como una de las razones para hacerlo”.
En Cúcuta, Asocambios le respondió al Gobierno venezolano que, “la escasez de productos, el control de cambios, la fuga de capitales y la impresión de dinero inorgánico, son algunos de los factores que impactan directamente al mercado cambiario creando una alta oferta en el mercado de divisas”.
Y el gobierno venezolano puede tener razón en cuanto lo que implica para su moneda la unidireccionalidad del intercambio comercial de una frontera abierta. Cuando se cerró el 19 de agosto de 2015, el bolívar en el mercado negro tenía un valor de 686 unidades por dólar, casi un año después, el 13 de agosto, con la reapertura, valía 1.011 bolívares, una devaluación de 47 por ciento, y desde hace tres meses se ha depreciado 244 por ciento.
Los dueños de las casas de cambio en la capital de Norte de Santander aseguran que otro motivo para la devaluación es que cada vez que el gobierno venezolano aumenta el salario mínimo la pérdida de valor es mayor. Esto ocurrió el pasado 27 de octubre, con vigencia desde noviembre primero, cuando se ordenó un incremento de 40 por ciento, quedando en 27.091 bolívares mensuales (9 dólares en el mercado negro), cuando en el 2008, con la aparición del bolívar fuerte estaba en 799,83 bolívares.
Hay que tener en cuenta que esta fue la cuarta vez que Maduro aumentó el salario mínimo este año, incrementos que superan el 400 por ciento.
Debido a que la máxima denominación de esa moneda es el billete de 100 bolívares, para cargarlos se requiere de bolsas, maletines o morrales, y para contarlos con máquinas contadoras de billetes.
Aunque en los últimos días, los comerciantes cucuteños han optado por las balanzas electrónicas. “Ya sabemos que un millón de bolívares en billetes de 100 pesan 11,26 kilos”, explica un operador de divisas.
El bolívar fuerte nació en el año 2007 cuando el gobierno venezolano, para disimular la pérdida de valor adquisitivo de su moneda, decidió emitir nuevos billetes y eliminar tres ceros.
VENDER PAN PARA COMPRAR ARROZ
Los comerciantes de Cúcuta se han tenido que acostumbrar a ver, escuchar y entristecerse con las terribles historias de los venezolanos en busca de comida.
“Los que tienen joyas las venden en las compra-ventas o sitios de compra de oro para comprar comida, otros traen hasta pan para venderlo en las calles y poder llevar arroz, harina, leche o papel higiénico", afirma un comerciante de la ciudad.
Lo cierto es que han tenido que racionar aún más su plata que cuando se reabrió la frontera, ahora ya no llevan dos kilos de arroz y dos de azúcar, sino un kilo de cada cosa, e incluso en varios supermercados y tiendas de la ciudad ya venden media panela, a petición de los clientes venezolanos.
“Dan ganas de llorar de verles la desesperación porque no pueden llevar casi nada y necesitan todo”, dice una dueña de un supermercado en la localidad de La Parada, en la línea de frontera.
Pedro Vargas Núñez
Subeditor Portafolio
Internacional
28 nov 2016 - 9:22 p. m.
Las razones del colapso del bolívar, en Venezuela
La moneda se ha devaluado 82 por ciento en dos semanas en el mercado negro.
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