Los electrodomésticos chinos y los autos ensamblados en Irán pertenecen al pasado. Los apartamentos gratis son más escasos y menos frecuentes. Incluso en las cajas de alimentos entregadas por el gobierno, el atún enlatado ha sido reemplazado por fríjoles.
La gran maquinaría de ayuda en Venezuela se está deteniendo justo cuando el presidente Nicolás Maduro más lo necesita.
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En vísperas de las elecciones del 20 de mayo, el sistema que atrajo a los votantes necesitados por casi dos décadas se está desmoronando mientras el gobierno no logra detener una caída en la producción de petróleo que está exacerbando la peor crisis económica en la historia del país.
Se cree ampliamente que la elección tendrá una conclusión predecible en medio del boicot de los opositores y las denuncias de las autoridades internacionales de que esta arreglada a favor de Maduro.
Pero a medida que el presidente consolida su autocracia socialista, sus dádivas muestran cuanto han caído el país.
Son más baratas, más ligeras y de menor calidad que las que el difunto mentor de Maduro, Hugo Chávez, entregaba durante la época de riqueza petrolera de la década del 2000.
Ha distribuido las tarjetas de "Hogares de la Patria", vinculadas a cuentas en las que el gobierno entrega pírricas sumas de dinero.
"No hay ninguna comparación entre Chávez y Maduro", dijo Gladys Terán, vendedora jubilada de 62 años.
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"Chávez entregaba prestamos bajos y pagables para refrigeradores, equipos de aire acondicionado e incluso apartamentos. Ahora solo se dé un autobus que entrego Maduro a una comunidad cerca de mi casa. Y bonos. Pero prefiero un préstamo que un bono. El último que recibí, lo gaste en una docena de huevos".
MAYORES ÉXITOS
Chávez inició un sinnúmero de programas para todos, desde agricultores hasta madres adolescentes, desertores escolares, ciegos e incluso mascotas abandonadas. Los anuncio -y reanuncios - con bombos y platillos en cada una de sus cuatro elecciones presidenciales, las que gano cómodamente.
“La mayoría eran más bien planes gubernamentales temporales que programas sociales reales", dijo Desire González, analista de programas sociales gubernamentales de Transparency International Venezuela.
“Meses antes de las elecciones, muchos de ellos eran reactivados y utilizados como estrategia de campana electoral". Enfoque esencial Pero debido a que el productor estatal de petróleo PDVSA ha caído en crisis, muchos de los programas sociales -había 37- han sido recortados o han desaparecido. Durante su última campaña presidencial antes de su muerte, Chávez entrego alrededor de 200.000 casas en un solo año, según datos oficiales.
Este año, Maduro ha entregado casi 80.000 viviendas, pero muchas provienen de proyectos gubernamentales inconclusos que fueron comenzados por su predecesor hace ocho años.
“Debido a que el auge del petróleo quedó atrás, es más complicado para el gobierno mantener esta red de sumisión", dijo Félix Seijas, director de la agencia de encuestas Delphos.
"No es tan competitivo y poderoso como lo fue en el pasado".
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En lugar de anunciar aires acondicionados, flotas de taxis o nuevas escuelas, Maduro se ha centrado en la entrega de alimentos importados, las llamadas cajas CLAP. Su nombre corresponde al acrónimo de Comités Locales de Abastecimiento y Producción, que son las organizaciones gubernamentales vecinales que las entregan y cuyo comando central está encabezado por un funcionario sancionado por Estados Unidos por tráfico de drogas.
El programa, que comenzó en 2016, pretendía ser una medida temporal hasta que “la victoria en la guerra económica” estuviera asegurada.
Menos productos Las provisiones, que inicialmente venían en bolsas de plástico, eran repartidas por los comités gubernamentales locales en las zonas pobres por un costo nominal. Incluían artículos de producción local como pollo, huevos, pasta, aceite, harina de trigo y maíz y atún enlatado.
Sin embargo, la caja de este mes tenía muchos menos productos que los primeros paquetes, dijo Osiris Rojas, quien recibió una caja.
En lugar de 2 kilogramos de arroz o azúcar, había uno. No había atún o carne enlatada.
Edison Arciniegas, investigador de ciencias sociales de la Universidad Central de Venezuela, dijo que desde enero las cajas han disminuido de 16 a 11 kilogramos. Señaló que la versión electoral de las cajas CLAP actualmente está satisfaciendo cerca de la mitad de las necesidades alimenticias de la nación.
Leche aguada La calidad también está en duda. Un estudio de la Universidad Central de Venezuela encontró que la leche en polvo –traída desde fuera del país, como gran parte de la comida venezolana- tiene bajo contenido de proteínas y no cumple con los requisitos nutricionales mínimos para los niños.
Para recibir las cajas CLAP, se necesita la tarjeta "Hogar de la Patria" emitida por el gobierno, que funciona como una tarjeta de débito. Maduro ha dicho que los 16 millones de titulares recibirán casas nuevas y dinero en efectivo a través de ellas, aunque los bonos no suben al mismo ritmo de la altísima hiperinflación.
Bloomberg