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Internacional

07 abr 2021 - 7:30 p. m.

Lluvia de impuestos globales, una oportunidad para Colombia

Ante las propuestas de gravámenes a empresas, o ‘solidarios’, estas medidas serían positivas para que el país atraiga recursos de multinacionales.

La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.

La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, puso sobre la mesa el impuesto a la renta empresarial global.

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07 abr 2021 - 7:30 p. m.

Esta semana se ha visto una lluvia de propuestas para crear distintos impuestos mundiales, que no solo se han valorado de manera positiva entre las potencias y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), sino que de aprobarse, supondrían una oportunidad para Colombia.

(FMI propone establecer impuestos temporales a los más ricos). 

El primero fue la propuesta de la secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, que se discutió ayer en el G20, para crear un impuesto de sociedades mínimo. Se habló de que sea hasta de 21%, superior al 12,5% que se discute en la Ocde, aunque algunos países pidieron que fuera superior. La propuesta final se presentaría el próximo julio.

De hecho, el FMI esta semana mostró su apoyo. “Estamos muy a favor de un impuesto mínimo global a la renta empresarial”, aseguró su economista jefe, Gita Gopinath, al decir que los países enfrentan una gran evasión fiscal y de dinero hacia los paraísos fiscales.

(Las cartas que destapó Carrasquilla para el IVA y personas naturales). 


Algunos gobiernos europeos como los de Francia y Alemania mostraron su apoyo, pero ‘impusieron’ otro gravamen: el de las tecnológicas. Se espera que en la Ocde se lance una propuesta a mitad de año de un tributo para que estas firmas paguen por lo que ganen en cada país en el que operan, el cual estaría en torno a 3% de los ingresos. La Unión Europea aseguró que si la discusión no avanza, creará su propia tasa, como ya han hecho Francia o España.

El FMI también sumó su propia receta, al proponer un impuesto temporal a los más favorecidos. “Las personas con altos ingresos y las empresas que prosperaron en la crisis deberían pagar impuestos adicionales para mostrar solidaridad con los más afectados”.

Las autoridades fiscales del FMI hicieron énfasis en el carácter temporal de esta propuesta de impuesto.

Y por último, cabría mencionar la apuesta que la Ocde lanzó ayer en el G20, de imponer un “precio mínimo internacional para las emisiones de carbono”, como propuesta en vez de el plan de la UE de gravar con aranceles y otros costos, productos y servicios con alta huella ambiental.

Ante esto, el comunicado del G20 indica que “seguimos comprometidos con alcanzar una solución global y basada en el consenso”, dando luz verde a la negociación mundial.

Ante el impulso que recibieron estos impuestos globales, diversas voces en Colombia apuntan a los beneficios que estas medidas podrían tener, y más cuando se está a la espera de conocer la reforma tributaria, necesaria para atender el ‘hueco’ fiscal que podría llegar hasta los $25 billones.

Centros de estudio y otros expertos ya apuntaron en semanas pasadas que impuestos como los de las tecnológicas o ‘verdes’ podrían ser complementarios a otras medidas para incrementar el recaudo del país, pero la nueva propuesta de un gravamen a la renta empresarial global generó incluso mayor respaldo.

Bruce Mac Master, presidente de la Andi, asegura que “estamos a la expectativa de las conclusiones de los organismos multilaterales sobre la adopción de este impuesto mínimo global para empresas. La Andi considera positivas las medidas tendientes a combatir el uso de jurisdicciones de baja o nula tributación, con el fin de erosionar las bases gravables y reducir las cargas en los países donde se crea valor. Dichas medidas deben partir del consenso, la comprensión de las dinámicas empresariales y la eficiencia (menores costos) en su implementación”.

De igual forma, Rosmery Quintero, presidenta de Acopi, indicó que “si la intención es unificar, lograría que eso ya no sea una opción para decidir la inversión. Si la tarifa es similar a la que se está planteando en Colombia sería positivo porque nos pondría en igualdad de condiciones a otros países para competir”.

VISIÓN DE LOS EXPERTOS 

La principal conclusión es que un impuesto mínimo a las empresas unificaría las tasas impositivas y evitaría que las multinacionales elijan países con bases más bajas para declarar allá, lo evitaría esa ingeniería financiera y generaría, a la larga, más recursos para el país.

Esto porque muchas economías se han convertido en los conocidos como ‘paraísos fiscales’. Según los datos de la Ocde, precisamente Colombia y Francia se encuentran entre los que tienen tasas más elevadas para las empresas, de 32%, mientras que otros miembros del ‘Club de las buenas prácticas’ reducen esa cifra hasta el 8,5% (Suiza), 9% (Hungría) o 12,5%, como es el caso de Irlanda.

Eso sin contar los ‘paraísos fiscales’ tradicionales como Panamá, Islas Vírgenes, Seychelles, Fiji o Guam, entre otros (según la lista negra de la UE), que cuentan con impuestos incluso más reducidos.

Ante esto, los expertos resaltan los beneficios de la medida. “Suavizaría la competencia entre países por atraer empresas y aseguraría rentas fiscales para todos”, resalta Andrés Zambrano, profesor asociado de economía de la U. de los Andes, quien agrega que “impactaría positivamente la economía nacional, que tiene una de las tasas más altas a las compañías y por ello muchas deciden mover su centro de operaciones, afectando el empleo y la inversión. Devolvería parte de su competitividad”.

Por su parte, Luis Carlos Reyes, director del Observatorio Fiscal de la U. Javeriana, señala que “es una excelente propuesta, pues es la manera de reversar la carrera de quien llega más bajo para beneficiar a las empresas. No puede ser que los países estemos perdiendo tanto recaudo porque unos cuantos paraísos fiscales se llevan allá las firmas que generan riqueza en nuestros territorios. Y esto es clave en Colombia, donde ha habido un discurso de que debemos bajar los gravámenes corporativos porque si no se van a tributar a otras partes”.

No obstante, frente a esto, también hay factores no tan positivos. Quintero, por un lado, indica que “dependerá del porcentaje, porque no todos los países tenemos las mismas condiciones y con tasas superiores a las que tenemos aquí no alcanzaría con los ingresos de las empresas”.

Mientras, Zambrano resalta que “el problema es que cada vez es más difícil gravar a las empresas porque la mayoría de activos se han vuelto intangibles”.

Rubén López Pérez

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